LA CONVERSIÓN

Antes de desarrollar este delicado tema queremos poner en claro los siguientes puntos:

·        Así como en el pueblo judío existen los Koanim, los Leviim y los Israel, en el mundo existen los Gentiles y el pueblo judío. El mundo está formado por una sociedad, somos socios, cada cual, cada uno de los miembros tiene una función. 

·        El Gentil para cumplir con los mandamientos que el Creador le ordenó debe cumplir con los Siete preceptos que se le entregaron a Noé, no es necesario que se convierta al Judaísmo.

·        El judaísmo no busca convertir a los Gentiles

 Cuando un Gentil se convierte lo aceptamos como un judío con todos los derechos y las obligaciones de la ley judía, e incluso tenemos que cumplir el mandamiento de quererlos, Ahavat Ha'Guer, si lo hacen de buena fe y en la forma correcta según la Halajáh, la ley judía. Para convertirse en un Guerun converso al judaísmo no es de ninguna manera fácil. No puede ser de otra manera considerando el salto espiritual gigantesco que esto implica. Que trágico es cuando un individuo motivado por la gran búsqueda interior de la verdad, no se esfuerza para llegar a lo alto de esta cima. Esto puede suceder por varias razones, por ejemplo que el aspirante a Guer, no es suficientemente versado en el proceso de conversión, muchas veces esto sucede por ser manipulado y mal informado por pseudos rabinos y clérigos, o grupos extraños a las prácticas auténticas de la Toráh.


"¿Quién es un converso?"

Esta es una pregunta de interés inmediato para todos los miembros de la nación judía, para los gentiles contemplando la conversión, y los prosélitos que ya han recibido los certificados de conversión. Esta pregunta se ha convertido en el núcleo de un asunto candente, y el meollo de un crimen que se perpetra contra Judíos y gentiles por igual. Cuando conversos esporádicos se mezclan con la nación judía, su integridad y pureza son empañadas. Cuando los gentiles -a menudo inocentemente y sin intención- son sometidos a conversiones inválidas, ellos comienzan a pisar un terreno resbaladizo poniendo en peligro su futura felicidad y estabilidad. Creyendo que son Judíos con pleno derecho, ellos y sus familias son arrojados a aguas tormentosas, cuando la realidad los golpea en sus espaldas y les notifican que fueron engañados y todo es un fraude.

No obstante, cada año, miles de conversiones inválidas se realizan en todo el mundo, lo que significa que muchas personas se involucran en situaciones agobiantes, que sólo puede resultar en dolor y angustia. Debido al auge espiritual que vivimos en estos días, no son pocos de los que se creían conversos, que han comenzado la búsqueda de la verdad. Cuando se enteran de que fueron engañados, por lo general culpan a los que inicialmente los hicieron equivocar. A veces, los hijos de esta gente quieren inscribirse en Yeshivot o escuelas judías tradicionales, sin darse cuenta de que ellos no son Judíos según el Halajá. Muchos de ellos sufren cuando son enfrentados a los hechos cuando descubren su verdadera condición.

Un conocido educador que trabaja en programas de enseñanza judía, ha tropezado con una serie de personas en tales situaciones relata: "Yo conocí a Steve, ahora Shmuel, en el Muro Occidental. Él es empeñoso por naturaleza, y siempre ha sentido la necesidad de ponerse metas para pasar. Se graduó con honores en la Universidad de Harvard, y cuando él entró en una Yeshiva de baalei teshuva en Israel, rápidamente se convirtió en uno de sus alumnos más destacados. El no permaneció mucho tiempo en el programa de principiantes de la Yeshiva, y rápidamente se cambió a otra de más alto nivel, en la que también demostró su destreza intelectual con excelentes calificaciones en sus estudios. Esperaba también encontrar una buena pareja para la vida con la cual construir un verdadero hogar judío.

Cuando Shmuel se enteró de que su madre no había experimentado una conversión según los requerimientos de la Halajá, la ley judía, experimentó un trauma. Él no podía ajustarse a la idea de que no era judío, e incluso volvió a los Estados Unidos con el fin de rastrear sus raíces. Tenía la esperanza a pesar de toda la chocante experiencia que paso, que la noticia fuera falsa, y que su madre si se había convertido de hecho, de acuerdo con la Halajá. Lamentablemente, lo peor que podía pasarle sucedió. Cuando se le dijo que si él accede convertirse, iba a nacer de nuevo, él contestó: "Yo no quiero nacer de nuevo. Quiero haber nacido Judío". Con los efectos del trauma y decaído, tuvo que aprender a hacer frente al problema y levantarse a sí mismo para enfrentar la realidad. Con la ayuda de sus rabinos, se convirtió, y empezó a adaptarse a su nueva situación. No obstante, Cuando se le dijo: "Usted ha nacido de nuevo", él todavía responde: -"Yo soy uno que ha regresado del reino de los muertos". Él se refería, por supuesto, al período en que había estado en shock.

"Barry es otro joven que conocí. Él es un gentil intelectual, que estaba a punto de casarse con una mujer judía, cuyos padres insistían que para hacerlo se debería convertir al judaísmo. Pero cuando se enteró de que la conversión comprendía el compromiso con la observancia Toráh, el Shabat y Kashrut se retractó. En un Franca conversación conmigo dijo: “Cuando me presionaron para convertirme, proteste. Una conversión para mi habría sido un procedimiento deshonesto, sin significado. Sentía que si me sometieron a una falsa conversión, yo sería un fraude y un impostor".

Steve fue víctima de los errores de la otra persona. Barry refleja la historia del inherente anhelo del hombre para llegar a la verdad y la honestidad. Este aspecto de la naturaleza humana surge como una de la más preciadas virtudes. Es una manifestación de la chispa divina que se encuentra en cada ser humano, y de su innato anhelo de hacer el bien. Los criminólogos nos han dado profundo conocimiento de esta necesidad, que es común a toda la humanidad. En “Srufei Hakivshanim Ma'ashimim” (El Horno de la culpa) página 33, el rabino Moshe Sheinfeld cita al criminólogo italiano, Lombrose, diciendo que "Hay un fenómeno inexplicable, que se manifiesta en el hecho de que el culpable tiene dificultades para mantenerse fuera del escenario de su crimen. Él es tirado, como si estuviera atado por una cuerda, al sitio donde se cometió el delito, a pesar del hecho de que es probable que sea detectado por la policía".

Esta pauta demuestra en el hombre el profundo deseo de arrepentirse de alguna manera y corregir los errores que ha realizado.  Se han dado casos, también, cuando los criminales se han entregado ellos mismos a la policía, a fin de ser castigados y ganar la expiación. Estos dolores de pesar también forman parte del deseo innato del hombre de hacer el bien. La Toráh enseña que el hombre es una entidad espiritual que anhela la verdad, y que un aspecto inherente de su naturaleza es sufrir fuertes dolores cuando hace el mal. Este axioma es la base de estos artículos. 
Conscientes del hecho de que los seres humanos esencialmente desprecian el engaño, nos hemos ocupado honestamente de nuestros lectores, con la confianza de que, cuando se les explica en forma inteligente la verdad acerca de la conversión al judaísmo, van a protestar y rechazar los engaños y las conversiones falsas.

El propósito de esta serie de artículos es: alertar al público judío de a las imitaciones que se está haciendo, dándoles a entender de que nos están dañando; por otro lado ayudar a los potenciales conversos a trazar su futuro en aguas seguras, y ayudar a las personas que ya han convertido de buena fe y según la ley judía, a validar sus certificados de conversión. Dado que hay muchos conversos sinceros que lo hicieron legítimamente y que se han sumado a nuestra Nación, también queremos aclarar el precioso mandamiento de la Toráh ordenando amar al prosélito.La razón por la cual este asunto es mal entendido tan a menudo, es que malinterpretamos la perspectiva de la Toráh sobre la conversión. Una vez que esta ha sido completamente aclarada, estos conceptos erróneos tienen que desaparecer. Es por esta razón que debemos explicar la esencia de la conversión.

 

El enfoque de la ToráH a la conversión

El significado de la conversión sólo puede explicarse a la luz del rol universal que representa Israel. Sin embargo, el hecho de no aclarar la terminología y los conceptos empleados por Jazal (nuestros sabios), y el marco que encierran sus ideas, puede ser la causa de la malinterpretación. Un análisis paso a paso de estos conceptos, alisará el camino para este entendimiento.

 

Israel y las Naciones 

La creación puede compararse con una magnífica orquesta. Así como un conjunto toca una música armoniosa, así también la creación canta alabanzas a Di-s. Así como cada miembro del grupo se encarga de una función específica, del mismo modo cada miembro de la creación sirve a Di-s en una manera única. Conocido como "beni bejori" - "Mi hijo, mi primogénito" [Shemot (Éxodo) 4:22], la nación judía sirve como conducto de la Divina Providencia. Llamada una "mamlejet kohanim" - "un reino sacerdotal" (Ibid. 19:6), ella es necesaria para proclamar la gloria de Di-s y cantar alabanzas a su nombre.

Ambos Judíos y gentiles, están hechos a la imagen de Di-s, y como tales, son amados por Él. Pero así como el judío debe apreciar el lugar del gentil en el universo, también el gentil debe reconocer la singularidad de Israel y su propósito. Él debe entender que el Judío posee cualidades y rasgos de carácter especiales que Di-s le otorgó a él como parte del plan Divino del mundo. También es importante para él, saber que el amor de Di-s para que las naciones se extiende sólo a los que Lo reconocen. Jazal, nuestros sabios, nos enseñan que en la época Mesiánica, Israel y las naciones funcionarán como socios. Israel les enseñara a la humanidad la creencia en un solo Di-s, y se consagrará a esta misión. Por otro lado las naciones funcionaran junto a Israel en sociedad, prestándoles los frutos de su trabajo, como apoyo físico y material. Conjuntamente, crearán un mundo armonioso, en donde la sabiduría el amor y la generosidad prevalecerán.

A pesar de que Israel tiene la obligación de demostrar al mundo el significado del monoteísmo, ella funciona de una manera que parece estar en contradicción con su roll. En general, asociamos influenciar con llegar a la gente. Sin embargo, la influencia de Israel es efectiva sólo cuando se separa a sí misma de las naciones. Los intentos por su parte para mezclarse con ellos, da lugar a la difusión de su luz y del empañamiento de sus nobles normas. Avraham consagro este principio, mientras instruía a las masas, mantenía distancia de ellos. Él no permitía a su progenie se case con forasteros (Avodah Zarah 36 b), ni se mezcle con los cananeos. Es a él, que Jazal (Avodah Zarah 18b) le atribuyo las palabras del salmista: "Feliz es el hombre que no camina en el consejo de los impíos" [Tehillim (Salmo) 1:1] [[1]]El Judío tiene prohibido casarse con un Gentil. Las actividades de Avraham fueron dirigidas esencialmente hacia los paganos, la "divulgación de la unicidad de Di-s”. Con la abolición del paganismo, incluso esa interacción con las naciones ceso. Desde entonces, Israel ha influido sobre el mundo sólo con el ejemplo.

La característica más distintiva de Avraham fue su de brit miláh [pacto de circuncisión]. No obstante, en lugar de disminuir su poder de influencia, este aumentó. Lógicamente, las naciones deberían haberse alejado por este factor. Sin embargo, las Escrituras se refiere a Avraham como "Av hamon goyim" - "Un padre de muchas naciones" [Bereshit (Génesis) 17:5], a lo que el Malbim comenta: "No penséis que las naciones te rechazaran por tener la circuncisión. Por el contrario, como resultado de esta distinción, te premiaran como su guía y patriarca".

La frase, "... v'nivreju b'ja kol mishpejot ha'adamah" - "... y se bendecirán a todas las familias de la tierra" (Ibid. 12:3), pone de relieve aún más la naturaleza de la influencia de Avraham. Según Baalei Ha'Tosafot, la palabra "nivreju" es un derivado del infinitivo "mavrij", que significa "el injerto". Aunque el injerto produce resultados en la fusión, los Baalei HaTosafos no deducen que Avraham se mezcló con las naciones. Al contrario, se refirió a la "injertos" de los gentiles con la Nación judía a través del proceso de conversión, y a la fusión de los descendientes de Yisma'el y Esav con el resto de la humanidad. Si bien al unirse los cananeos y formar de sus propias naciones, Yisma'el y Esav propagaron la ideología básica de Avraham. La influencia de la ideología básica a Yisma'el da lugar al Islam, y de Esav al Cristianismo. Aunque presentaron versiones distorsionadas de las doctrinas de Avraham, redujeron, no suprimieron, la idolatría y estimularon el progreso de la verdad.

El RaMBa''M, Maimónides discute este punto en Hiljot Melajim, en el Capítulo 12, diciendo que “el Cristianismo y el Islamismo están funcionando en conformidad con el plan de Di-s, y que realmente están ayudando a preparar el camino para la era en la que el mundo entero servirá a Di-s. Él apoya sus ideas, al señalar el hecho de que tanto el Cristianismo y el Islam, aceptan las Escritura, la Biblia se ha difundido en todo el mundo, en masa. Como resultado de ello, agrega, los no Judíos se han familiarizado con los mandamientos Divinos, un factor que facilitará su aceptación de las verdades de la Toráh en la época Mesiánica”.

 

La esencia de la conversión

Relata el Talmud que un gentil se presentó delante de Shamay y le dijo que lo convierta para que le enseñe toda la Toráh mientras está parado en un solo pie. Al escuchar esto dice el talmud que Shamay lo empujo con una regla de albañil que tenía en su mano. Fue el gentil delante de Hilel y le pidió ser convertido con la misma condición, Hilel aceptó lo convirtió y le dijo: -“Lo que para ti es odiado no se lo hagas a tu prójimo” esto es toda la Toráh y todo el resto es la explicación de este punto central, ahora, anda y estudia en la Toráh sus enseñanzas y sabrás como comportante”.

La forma en que nuestros sabios afrontan la conversión es generalmente mal entendida.La fuente de este mal entendimiento la encontramos en un relato anterior del talmud en el tratado de Shabat 31a, que relata como el gran sabio Shamay, rechazó a tres candidatos a la conversión. Sin embargo, el sabio Hilel los aceptó.Muchos erróneamente asumen que estos dos grandes sabios diputaban los fundamentos de la conversión. Sin embargo, este mal entendimiento surge de una comprensión superficial del contexto que nuestros sabios quisieron estipular. Este texto no nos presenta dos diferentes actitudes. Así como Rashi nos explica, Hilel aceptó la candidatura de los postulantes, porque sintió que eventualmente llegarían a ser conversos sinceros.

Shamay los rechazó porque el dudó de su sinceridad, y sintió que los motivos que los llevaban a pedir la conversión eran otros.Tanto Hilel como Shamay sostenían que aquellos que piden la conversión por motivos puros deben ser acercados, sin embargo, aquellos que lo hacen por motivos ajenos, deben ser rechazados.Tenemos que entender que este texto no pretenda fomentar el proselitismo. No solamente que los judíos no tienen la obligación de buscar conversos, sino que la Toráh se refiere a esta acción en forma negativa.Cuando un gentil pide que se le sean enseñadas las siete leyes de Noáj, el judío está obligado a explicárselas, sin embargo está prohibido enseñar la Toráh a las naciones.

Nuestros sabios se refieren al concepto de conversión con las palabras “guer she’ba le'hitgaier”  que significa “un prosélito que viene a convertirse”. De aquí se deduce que el converso debe iniciar su propia conversión. Su deseo de unirse a la nación judía debe ser voluntario. Sin embargo, una vez que el postula a la conversión y ha probado su sinceridad, es una mitzvá para un judío atraerlo y acercarlo al judaísmo, así como está escrito: “Yo soy el Único que aceptó a Ytró y no lo rechacé. Tú también cuando una persona de acerca a ti para ser convertida, y viene solo para cumplir la voluntad del cielo, acércalo y no lo rechaces” [Yalkut Shimoni, Ytró 268].

Hilel y Shamay trataron con gentiles que se acercaron a ellos por su propia voluntad.

El Talmud en el tratado de Guitin 56a, nos ilumina en la actitud de D-s hacia los conversos, explicando que El busca los elementos más finos y depurados de la raza humana, aquellos con los más nobles atributos espirituales, y desea su conversión.Este principio, sin embargo no contradice la norma de que Israel no debe hacer proselitismo, al contrario, refleja dos niveles de operación, uno que es el nivel divino, y el otro el de Israel. Estos niveles son distintivos pero no se oponen, y tienen una causa y un efecto en la relación, como está escrito: “Cuando Israel hace la voluntad de Di-s (como una nación aparte), El inspecciona en todo el universo en busca de los gentiles rectos, y provoca que ellos se apeguen a la nación judía por medio de la conversión” [Talmud Yerushalmi, Brajot 2a].

Por supuesto Di-s ya no busca atraer naciones enteras hacia la corriente del judaísmo, así como El lo hizo anteriormente presentando la Toráh a todas las naciones del mundo en Sinay. A través de las generaciones, ellos determinaron sus propios moldes espirituales y su propósito actual es cumplir con la misión que mejor calce en su esencia.Desde la entrega de la Toráh Di-s ha atraído hacia nuestra fe, solamente individuos únicos.

 

Candidatos válidos e inválidos

Como hemos tratado anteriormente, para hacer una conversión válida, el candidato debe estar motivado sinceramente y estar acompañado del deseo y la oportunidad de observar todos los preceptos de la fe judía. Por otro lado, aquellos candidatos que están motivados por otras causas no sinceras, son inaceptables y deben ser rechazados incluso si sospechamos vagamente de sus intenciones.El prosélito debe cumplir con la norma, su conversión debe tener como resultado la observancia de todas las mitzvot de la Toráh sin poner condiciones.

Por cuanto vivimos en una sociedad libre y permisiva, las conversiones sin la supervisión de una autoridad rabínica aceptada por el Gran Rabinato de Israel, no necesariamente resulta en la observancia de las mitzvot. Adicionalmente, aquellos que promueven los encuentros inter-religiosos,  o se casan fuera de la religión judía, obviamente no se sienten obligados con el judaísmo, y es muy improbablemente que construyan hogares basados en la Toráh, a pesar de que sus parejas han sido indebidamente convertidas [ [2]].

 

por el Rav Yoel Schwartz [ [3]]

 


 


[1]“impíos o malvados” se refiere a los Sodomitas y a los filisteos.

[2] NOTA del TRADUCTOR: En el judaísmo existe un solo tipo de conversión válida, el énfasis está en la aceptación total de todos los mandamientos de la ToráH y de sus 613 preceptos.Todos los otros tipos de pseudo-conversiones que se ofrecen en el "mercado" no son válidas, carecen de los puntos más importantes que exige la ley judía para realizar este proceso.Para cumplir con la conversión, el candidato debe presentarse delante de un Beit Din (tribunal rabínico ordenado y reconocido por el Supremo Rabinato de Israel). Este proceso solo debe ser realizado por un rabino competente.El Brit Miláh en el caso de los hombres, debe ser hecho por un Mohel que cumple todos los preceptos de la Toráh ordenado y aceptado por la comunidad, el Brit no es un procedimiento quirúrgico.El Brit Miláh es solo parte del proceso, de nada sirve si no se completa toda la conversión delante del tribunal rabínico incluyendo la Teviláh [inmersión] en una Mikvê Kasher también para la mujer.

[3] El Rabino Yoel Shwartz es un estudioso y prolífico escritor ha publicado más de 200 libros. Estudió en las grandes Yeshivot de Poneviz y Mir. Tuvo el merito de estudiar con el famoso Rosh Yeshiva de Yeshivat Mir, el rabino Jaim Shmuelevitch zt "l. En la actualidad se desempeña como Ram en la Yeshiva Dvar Yerushalayim. El Rabino Schwartz también ha sido consejero espiritual y educador desde el inicio del programa de alumnos de Yeshiva que se enrolan en el Ejército de Israel. Participó en el proyecto de creación de un tribunal y de la infraestructura para Bnei Noaj. El Rabino Schwartz es también el Presidente de la Corte Suprema, Av Beit Din, de este Tribunal, el Tribunal Especial para Cuestiones Relativas Bnei Noaj, conocido en hebreo como Beit Din L'inyanei Bnei Noaj, o BDBN. Reside en Jerusalén con su esposa, hijos y nietos. 

 

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"Moshé recibió la Torá en Sinái. Y la transmitió a Iehoshúa, y Iehoshúa a los Zeqením, y los Zeqením a los Neviím, y los Neveiím la entregaron a los hombres de la Gran Asamblea" (Tratado Avot).