Menorá [מנורה]

La menorá (también escrito menorá; en hebreo מנורה) es uno de los símbolos más antiguos del judaísmo. Sus orígenes se remontan a los días del éxodo de Egipto cuando los judíos deambulaban por el desierto del Sinái. Es uno de los símbolos oficiales del Estado de Israel, apareciendo en su escudo. De acuerdo a la Torá, fue allí donde Moshé recibió el mandato divino de "...hacer un candelabro de oro puro, labrado a martillo... con seis brazos que saldrán de los dos lados de su tronco; tres brazos del candelabro de un lado de él, y tres brazos del otro lado... y tendrán en cada brazo tres copas en forma de flores de almendro, con una manzana y una flor... y serán siete sus lámparas" [Shemot (Éxodo) 25:31-37].

Para el pueblo judío, tanto la Maguén David como la Menorá, simbolizan al judaísmo. Desde los lejanos días del Éxodo, ella aparece mezclada al culto hebreo. En la Torá se nos informa detalladamente acerca de la menorá del Mishkán [Tabernáculo]: labrada en oro puro, sus siete brazos se elevaban a una altura pareja, sirviendo cada uno de ellos de soporte a una lámpara. Motivos de flores y cálices  exornaban el pilar y los brazos. Con el propósito de cumplir con este precepto, Moshé ordenó al orfebre Bezalel la construcción de una menorá que colocó en el Mishqân del desierto. Años después, cuando los judíos llegaron a Ierushalaím y edificaron el Primer Templo en el año 953 antes de la Era Común, transportaron el candelabro original a su nuevo Santuario. Cuenta la tradición que la lámpara se instaló en una mesa que simboliza las delicias del paraíso y la presencia divina. Diariamente, el sacerdote principal encendía la menorá con aceite puro de olivas para producir una llama más clara, cumpliendo así con el mandato bíblico: "Manda a los hijos de Israel que te traigan aceite puro de olivas machacadas con mortero, para el candelabro, a fin de hacer arde la lámpara de continuo"  [Vaikrá (Levítico) 24:2].

También el Tanaj nos relata, que se encontraban en el Mishkán (tabernáculo), y luego en el Templo de Sh'lomó. Diez candelabros de no menor riqueza y arte figuraban en el Templo de Sh'lomó [Melajím Álef (1º Reyes) 7:49]. En el Segundo Templo, en cambio, se hallaba una sola menorá, profanada por Antíoco cuando la dominación Siria, y reivindicada luego por los Macabeos. Una reproducción de dicho candelabro fue grabada en el arco triunfal de Tito, destructor del Segundo Templo: copias del mismo aparecen igualmente en antiguas monedas hebreas. Los rabinos aconsejaron, en épocas posteriores, que los accesorios de uso en las Sinagogas no se calcasen sobre los modelos existentes en los dos Templos: esta interdicción se refería en especial a la menorá. No obstante, ningún símbolo fue más imitado que éste, según lo atestiguan numerosas piezas halladas en templos antiguos.

La luz ha constituido una constante dentro de la existencia judía a través de los siglos. Esta ha estado presente en todas las ceremonias y festividades hebreas y representa un elemento central de la liturgia judía. Además de buscar a través de ella la santificación de ciertas fechas sagradas, la luz encierra un significado propio que pone al judío en estrecho contacto con su identidad y su herencia tanto nacional como cultural. En los tiempos talmúdicos, los judíos acostumbraban encender velas no para cumplir con preceptos religiosos, sino sólo con el propósito de iluminar sus hogares; posteriormente, de acuerdo con el versículo bíblico "... para los judíos había luz y regocijo, alegría y honra..." (Esther 8:16) esta tradición se convirtió en una actividad obligatoria en las ocasiones alegres y en los días festivos. A lo largo de la historia, el encendido de velas ha sido obligación primaria más no exclusiva de la mujer, a quien se le otorga el privilegio de cumplir con este mandamiento a través del cual se crea un ambiente espiritual único, ya que el brillo de la luz elimina la ansiedad y la melancolía, y trae consigo la esperanza. La tradición luminaria no se restringe exclusivamente al hogar. En todas las Sinagogas se coloca una lámpara con aceite que permanece constantemente encendida. Se trata del Ner Tamid o lámpara perpetua que simboliza la promesa del Todopoderoso de preservar al pueblo de Israel. La flama de esta lámpara representa la presencia divina, la paz y la armonía.

Cuando Nabucodonosor destruyó el Templo en 587 antes de la Era Común, todos los objetos sagrados desaparecieron. Setenta años más tarde, los judíos regresaron a Ierushalaím a construir el Segundo Templo y colocaron en él una réplica de la menorá. En 70 de la Era Común, los romanos, comandados por el general Tito, devastaron la ciudad y destruyeron el Templo, logrando capturar todos los objetos sagrados. La posesión de la menorá simbolizó la sumisión de los judíos a la supremacía romana y una reproducción de la captura del candelabro se realizó en bajo relieve en el Arco de la Victoria de Tito, para celebrar el triunfo de Roma.  A partir de este momento, la menorá se convirtió en un símbolo nacional judío que se utilizó como elemento artístico y religioso. Apareció en sinagogas, en lápidas, en mosaicos y sellos, con lo que eventualmente se universalizó su imagen. Por eso es que conocemos su apariencia entre otras cosas, porque después que los romanos ocuparon el templo y destruyeron Ierushalaím, se llevaron el candelabro a Roma.  

La continua dedicación del judío a la preservación y el cumplimiento de la Torá y sus preceptos puede compararse con una luz que nunca se extingue... "Porque la Torá es una lámpara y la enseñanza es una luz, y las reprensiones de la corrección son los caminos de la vida"  [Mishlé (Proverbios) 6:23].De hecho, el fuego es el único elemento de la naturaleza que da de sí y que al mismo tiempo se encierra en constante regeneración. En la antigüedad, el Ner Tamid era la parte central de la menorá o candelabro de siete brazos que los hebreos colocaron en el Gran Templo de Ierushalaím. A veces se confunde con la Janukiá, un candelabro de nueve brazos usado en la Janukiá que es erróneamente llamado menorá.

 

Uso antiguo

Una menorá (o menora) procedente de una pieza de oro era usada en el Mishkán, el santuario portátil usado por el pueblo de Isra'el en el desierto [Shemot (Éxodo) 25,31-40 / 37:17-24] y más adelante en su sucesor, el Templo de Ierushalaím. Lámparas encendidas con aceite de oliva eran colocadas al final de cada brazo. Desde la destrucción del Templo, la menorá de siete brazos no ha tenido un rol formal en los servicios judíos. Para recordar la santidad del Templo, algunas autoridades olvidaron la fabricación de la menorá tal y como la que allí se usaba. Con el transcurso de los años, el candelabro de siete brazos se transformó en una de las principales representaciones del judaísmo. Actualmente, no sólo se continúa utilizando como elemento decorativo en las sinagogas, sino que constituye el emblema oficial del Estado de Israel, por lo que aparece en monedas, estampillas y sellos, reafirmando así la tradición y cultura milenarias del pueblo judío. La menorá no es una representación puramente geométrica ya que conlleva simbolismos muy profundos. Es una imagen de la eterna supervivencia del pueblo judío, que al igual que el candelabro, ha persistido a lo largo de los siglos a pesar de los constantes ataques de sus adversarios.

Origen

La primera teoría del origen del diseño de la menorá se basa en la Torá, donde se puede leer que Ha'Shem le reveló el diseño de su construcción a  Moshé, y que para ello, le mostro una planta. Esta planta, crece en Israel, y se llamada la moriá, típicamente tiene siete ramas y se parece a una menoráh (ver imágen anterior).

Según algunos escritos, Maimónides sostiene que la menorá en el templo tenía brazos rectos, no curvados como suele pintarse. Las representaciones judías de la menoráh que datan de la época en que el templo estaba construido, junto con el dibujo en el Arco de Tito mostrando a los Romanos tomar la menorá para llevarla a Roma después de la destrucción del templo contradicen esta afirmación. Igualmente se encuentra la respuesta a esto (Likkutei Sichos vol. 21) donde se explica que el Arco de Tito, fue ilustrado por un gentil sin conocer exactamente la forma, y por eso mismo se encuentran otras diferencias. 1º) Tiene la forma de un dragón tallado, cuando según la ley judía es idolatría, y por consiguiente no era posible encontrar esa figura en el templo sagrado en Ierushalaím. 2º) La base de la menoráh no tiene las 3 patas que están claramente escritas en la Torá, que debía tener la menorá.

Una segunda teoría del origen del diseño de la menorá o lámpara de aceite de siete brazos; representaría los arbustos en llamas que vio Moshé en el Monte Sinay [libro del Shemot (Éxodo) 25:31-37].

Una tercera teoría del origen del diseño de la menorá es la reproducción de un elemento natural: el árbol de la vida, de cuyas ramas emana la energía para crear una nueva existencia.

Una cuarta teoría del origen del diseño de la menorá para los místicos, era que cada brazo del candelabro simboliza uno de los siete días de la creación, como representación del origen de la vida.

Una  quinta teoría del origen del diseño de la menorá era que la luz que irradian las lámparas de la menorá cuando se encontraban encendidas, simbolizaba la presencia divina y con ella su perenne protección del hombre y la preservación de la paz y la esperanza. Es el resplandor que ilumina al mundo, guiando así al ser humano por el camino del bien.

Una sexta teoría del origen del diseño de la menorá se basa en lo que se conoce como la antigua cosmología hebrea. Según esta teoría, los siete brazos representan los siete cuerpos celestiales conocidos en aquel tiempo, el Sol, la Luna, así como Mercurio, Venus, Marte, Júpiter y Saturno. El historiador judío Josefo alude a esto en el tercer libro de sus Antigüedades de los Judíos, donde identifica lo que interpreta como influencias paganas egipcias y griegas en el diseño del Tabernáculo y sus contenidos. El escribe: «(...) si alguno actúa sin prejuicio, y con juicio, mirad estas cosas, encontrará que fueron hechos a imagen y semejanza del Universo (...) y sobre las siete lámparas en el candelabro, ellas representan el curso de los planetas, de los cuales viene su número (...).»

Una  séptima teoría del origen del diseño de la menorá era que el candelabro con sus siete brazos representaban: *) 1 - El Rúaj de Ha'Shem (el brazo que se encuentra en el centro); **) 2 y 3 - Rúaj de Sabiduría y de Inteligencia [a los brazos que se encuentran a cada lado del que está en el centro respectivamente]; ***) 4 y 5 - Rúaj de Consejo y Poder [a los que se ubican en el centro de cada lado respectivamente]; y ****) 6 y 7 - Rúaj de Conocimiento y de Temor a Ha'Shem [los que se encuentran a cada extremo del candelabro respectivamente][Ieshaiá (Isaías) 11:2].

 

Uso moderno

Actualmente la palabra menorá también significa el candelabro usado en la fiesta de Jánuca. La fiesta de Jánuca es la conmemoración de la victoria de los hebreos en la guerra contra los griegos. Esta clase de menorá tiene nueve brazos en vez de siete, y se puede encender con velas o lámparas de aceite. Algunas personas dicen que este uso del nombre menoráh es incorrecto debido a la diferencia entre las menorot antiguas y modernas. También se utiliza la palabra janukiá para el candelabro de Jánuca.

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 Cita del Día

"Moshé recibió la Torá en Sinái. Y la transmitió a Iehoshúa, y Iehoshúa a los Zeqením, y los Zeqením a los Neviím, y los Neveiím la entregaron a los hombres de la Gran Asamblea" (Tratado Avot).