Simját Torá

El júbilo expansivo que caracteriza la celebración de Sucot, llega a su clímax con el 9º día, Simjat Torá. Ya su nombre [alegría en la Torá] es un anticipo de ese sentimiento. Sinjat Torá es el día en que se termina la lectura de los cinco libros de Moshé, que han venido desarrollándose durante todo el año en los oficios religiosos; e inmediatamente se procede a reiniciar la lectura con el primer capítulo de la Torá, en el libro de Be'Reshit. Este hecho se celebra con ceremonias llenas de colorido y amenidad, demostrativas del goce íntimo que la lectura de la Torá proporciona al judío. Los rollos son extraídos del Arca Sagrada y paseados en solemne procesión alrededor del altar. Al final del cortejo marchan los niños, agitando banderillas en las manos. A cada vuelta del cortejo la Congregación entera rompe en cánticos y expresiones de júbilo. Desde las galerías superiores se arrojan nueces y golosinas que los niños recogen en medio del imaginable entusiasmo. Nunca, como en este día, irrumpe con tal franqueza el regocijo en el sagrado recinto.

Simjat Toráh nos habla del regalo del Eterno, del Creador, que se renueva en el corazón y en las almas de Am Israel [como en aquel día cuando la Toráh fue entregada en el Monte Sinái] y renueva el compromiso allí asumido por nuestros antepasados como compromiso de eternidad: “¡Naasé ve-Nishmá! [“¡Haremos y Escucharemos!”]. Es a partir de entonces que la Sagrada Torá [descendida desde los recónditos Cielos] pasó a anidar en cada uno y uno de los integrantes del pueblo de Israel, que la estudia, transmite, lee públicamente y escribe [cada uno para sí mismo, así como para sus propios hijos], en un acto de trascendencia y amor únicos.

Es precisamente en el tiempo de Sucot [en su último día, como ya dijimos] cuando la lectura pública del Sefer Toráh toca a su fin, indicándonos el tiempo del inicio de su lectura en las Sinagogas. “...El espectáculo de la celebración de Simjat Torá, cuando un pueblo entero se regocija cantando y bailando en torno y con los Rollos de la Toráh, es un cuadro curioso pero también un testimonio maravilloso sobre el lugar que ocupa la Torá y el estudio entre el pueblo judío: la alegría del estudio no es privilegio de los sabios, sino que la comparte el pueblo entero. Todos, sin excepción, comparten la Torá, quien más, quien menos. Los Rollos de la Enseñanza no están guardados en lugares ocultos, para ser entendidos solamente por eruditos de elite y elegidos. En el judaísmo, el estudio quedó democratizado desde la antigüedad y el amor al estudio era inculcado en las amplias masas del pueblo” [Pinjas Ha'Kohen].

¿Por qué Simjat Toráh en este día particular, al finalizar jag ha'Sucot? Quizás haya que buscar las raíces de la festividad en la celebración del precepto de Hakhel, que tenía lugar, una vez cada siete años, en el último día de Sucot. Así lo describe el famoso Sefer Ha'jinuj, escrito por el Rabino Aharón Ha'Levi en el siglo XIV: “Nos ha sido ordenado que todo el pueblo de Israel, hombres, mujeres y niños, se reúnan el segundo día de la festividad de Sucot, al término del Año Sabático, y que sean leídos párrafos del Libro de Devarím”.  El mandato de Devarím Cap. 31:10-13 ordena que el pueblo debia estar reunido como una gran Asamblea para escuchar de la Toráh. La razón de este mandamiento [prosigue el Sefer Ha'jinuj], es la siguiente: “Puesto que toda la esencia del pueblo de Isra'el es la Torá, por la que se distinguen de todos los pueblos restantes, merecen vida eterna y deleite constante, incomparable con nada de este mundo, corresponde que se reúnan en el momento fijado para escuchar sus palabras, para que cada uno, hombres, mujeres y niños puedan preguntar: ¿Con qué propósito nos hemos reunido todos en esta gran Asamblea? A lo cual la respuesta será: “Para escuchar las palabras de la Toráh, que es todo nuestro ser, nuestro esplendor y nuestra gloria...”.  Símjat Torá: la alegría del estudio asoma, año tras año, en el final mismo del calendario festivo, para insinuarnos que, cuando algo parece concluir, en verdad se abre para nosotros el fascinante mundo de volver a estudiar, de volver a aprender, de poder decir, bien temprano, como cada mañana: ¡Ashrenu! Ma tov jelkenu, u-má naim goralenu u-má iafá meod ierushatenu...”[¡Felices de nosotros! ¡Cuán buena es nuestra parte y cuán agradable nuestro destino y cuán hermosa es nuestra herencia...!].

Para que nadie quede excluido de la satisfacción de leer un capítulo de la Toráh, los niños menores de 13 años son admitidos a su lectura. De esta suerte, toda la Congregación colabora en el homenaje al Libro sacro, y exterioriza por igual su júbilo interior. Este estado de ánimo sigue reinando luego en el hogar, donde la cena tiene el carácter de los grandes días festivos, y se realizan animadas reuniones. La capacidad para la alegría ingenua, privativa de las alas limpias, parece haberse preservado en el judío a través de los largos siglos de dispersión.

 

Preceptos y Costumbres de Simjat Torá

·        Se sacan del Arón Hakodesh todos los sifrei Torá.

·        Se hacen 7 Hakafot, tanto a la noche como a la mañana, y se baila con la Torot.

·        Después de hacer las 7 Hakafot se colocan nuevamente los sifrei Toráh en el Arón Ha'Kodesh y comienza la lectura de la misma.

·        Es la única vez que se lee la Torá por la noche.

·        Se repite Vezot Haberajá tantas veces hasta que todas las personas que hayan hecho el Bar Mitzvá hayan recibido una Aliá a la Torá.

·        Es costumbre convocar a todos los niños para la quinta aliá [Devarím, (Deuteronomio) 23:22– 26], y se sostiene sobre ellos un Talit en forma Jupá y reciben la Brajá de Iaakov [Be'Reshit (Génesis) XLVIII, 16].

·        Se convoca al Jatán Bereshit y durante la lectura de la Parashat Bereshit, todos repiten en voz alta la frase final de cada día de la Creación: “Vayehí Erev Vayheí Boker…”, [Fue la tarde y fue la mañana…]. [De este Pasuk  aprendemos que los días comienzan a la noche]

·        Se concluye la lectura de la Torá leyendo la última Parasha - Vezot Haberajá - y se comienza nuevamente su lectura con la primera, Parashat Bereshit.

 

Simjat Toráh  en las Fuentes
De la Mishná....[[1]]

De tres cosas depende la existencia del mundo:                                                                 -  De la Toráh

-  Del Ritual Religioso

-  De la Tzedaká.

על שלושה דברים העולם עומד:

    - על התורה

   -  ועל העבודה

   -  ועל גמילות חסדים

 

De nuestros pensadores…[[2]]

La Torá está escrita sin vocales

·        La Torá está escrita sin vocales, siendo las vocales el alma de las palabras.

·        La Torá está compuesta de consonantes; nosotros estamos llamados a suplir las vocales.

·        Lo que necesitamos es saber oír las vocales mientras leemos las consonantes.

 

Simjat Torah EN LA HISTORIA [ [3]]

"היה זה בחג שמחת תורה האחרון בגטו ווארשה, שמחת תורה תש"ג (1942). רק קומץ קטן, כשלושת אלפים יהודים נשארו מהקיבוץ הגדול של חצי מיליון יהודים במטרופולין של פולין.
כמניין וחצי יהודים התאספו במעונו של הרב מנחם זמבה לעריכת "ההקפות" ולתפילה. לפני הקריאה הוציאו את ספרי התורה מארון הקודש, והקיפו את השולחן. כולם היו אנשים שבורים, רצוצים ושכולים מבני משפחתם. הלב היה מלא יגון. הפסוקים המסורתיים שהיו נוהגים לשיר, נאמרו בתוגה. בין המתפללים היה יהודה ליב אורליאן, המחנך הגדול, מי שהיה מנהל בית-המדרש למורות "בית יעקב", אף הוא היה שכול; אשתו ובניו הושמדו בידי הגרמנים.

פתאום נכנס לחדר ילד, כבן י"ב. היה בזה משום חידוש גדול, כי כבר לא היו ילדים בגטו. כולם הושמדו בטרבלינקה. עמד ילד יחיד זה, לקח סידור בידו והצטרף לתפילה.
כאשר צעדו המתפללים בכבדות עם ספרי התורה וסבבו בהקפות כביכול, קפץ פתאום י"ל אורליאן אל הילד, חיבקו עם ספר התורה שבזרועו, ובלחצו את שניהם אל ליבו, החל לשאוג בקול קורע לבבות: "יהודי צעיר עם התורה הקדושה", ופרץ בריקוד ממושך עם הילד ועם ספר התורה, ריקוד מלא התלהבות חסידית, כשהוא חוזר בקול איום על קריאותיו "יהודי צעיר עם התורה הקדושה".
האנשים מסביב נסערו למראה זה, ומאליו נוצר מעגל של רוקדים סביב שלישיה זו: המחנך הגדול עם הילד וספר התורה. זעזוע עמוק עבר את כולם.
היה זה הריקוד האחרון בשמחת תורה האחרונה של היהודים האחרונים בווארשה ."

                           (מתוך חיוניות יהודית בשואה", א. כרמון - י. אורון, משרד החינוך והתרבות 1975)

“Fue ese el último Simjat ToráH en el ghetto de Varsovia. Simjat Torá de 1942. Sólo un puñado reducido, unos tres mil yehudím, quedaron de la gran comunidad de medio millón de judíos de la metrópoli de Polonia. Quince personas se reunieron en la vivienda del Rab Menajem Zemba, a fin de organizar las hakafot y las plegarias. Antes de la lectura se sacaron los Sifrei Torá del Arca y rodearon la mesa.  Todas las personas estaban quebradas, cansadas y sin sus familiares, que habían sido asesinados. El corazón estaba lleno de aflicción.

Los versículos que acostumbraban a cantar, fueron recitados con melancolía. Entre aquellos que oraban se encontraba Iehuda Leib Orlian, el gran educador que fuera el director del Seminario para Docentes “Beit Iaakov”. También él estaba solo, sus familiares habían muerto: su esposa e hijos habían sido aniquilados en manos de los nazis. De pronto, entró a la habitación un niño de 12 años aproximadamente. Esto era una novedad porque ya no quedaban chicos en el ghetto. Todos habían sido asesinados en Treblinka.

Parado este único niño, tomó un Libro de Oraciones, y se unió a la plegaria. Cuando todas las personas que estaban rezando tomaron los Sifrei Torá y comenzaron las hakafot, se abalanzó de pronto Iehudá sobre el niño, lo abrazó junto con la Torá que tenía en sus brazos, y cuando apretó a los dos junto a su pecho, aclamó: “¡Un judío joven con la sagrada Torá!”, y comenzó a bailar con mucho entusiasmo, repitiendo una y otra vez las mismas palabras: “¡Un judío joven con la sagrada Torá!”. Todos se estremecieron ante tal visión, y espontáneamente se formó una tercera ronda que bailaba alrededor de Iehudá, el niño y el Sefer Torá. Una profunda conmoción atravesó a todas esas personas. Ese fue el último baile del último Simjat Torá de los últimos judíos de Varsovia.

 

Una Torá que siempre es nueva

¿Cuál es la razón de que comencemos a leer Bereshit en Simjat Torá?

Los Sabios explican:

Reiniciamos la lectura de la Toráh el mismo día en que hemos terminado de hacerlo para demostrar que nos es tan preciada como un regalo nuevo, y no corno un dogma antiguo que la persona ya no valora. Es fresca y todos corren a recibirla. A sí declara el versículo (Deuteronomio 6:6,): “Y estas palabras que Yo te ordeno hoy estarán sobre tu corazón” [Sifrí Vaetjanán].

Otra explicación extraída del Midrash:

“ha'satán se para frente a Ha'Shem y protesta: “El pueblo de Israel estudia la Torá, pero no la termina”. Guando ellos culminan su lectura en Simiat Torá, Ha'Shem dice: ¡Ves ahora que sí terminan!” ha'satán responde: “Aunque terminen, no vuelven a empezarla”. Cuando comienzan nuevamente con parashat Be'Reshit Ha'Shem responde: “¿Ves?, han empezado a leerla de nuevo. No hay motivos que te permitan acusarlos” [Rabí Aizik Tirna, Hagahót Minhaguím].

 



[1]Pirkei Avot, 1.

[2]Abraham Ioshuá Heschel

[3] Jiuniut Iehudit Bashoá”, A. Karmón – I. Oron, Ministerio de Educación y Cultura de Israel, 1975.

 

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 Cita del Día

"Moshé recibió la Torá en Sinái. Y la transmitió a Iehoshúa, y Iehoshúa a los Zeqením, y los Zeqením a los Neviím, y los Neveiím la entregaron a los hombres de la Gran Asamblea" (Tratado Avot).