Iom Kipur

Es el día más sagrado del calendario judío, el día de Yom Kipur o conocido como “Día del Perdón” [aunque la palabra “Kipur” no quiere decir “perdón” sino “cubrir”], es el día en el cual Ha'Shem “perdona” por nuestras transgresiones. El término “kaparáh” [pl. “kaparot”]significa “expiación, “redención”, “cobertura” [la tapa que cubría el “Arca Sagrada” se llamaba “kaporet”]. Ha'Shem [El Supremo], en Su Gran Misericordia, permite que la pena que nos correspondería a nosotros por haber desafiado Su Voluntad durante el año saliente, sea perdonada “a través de nuestra teshuvá” [es decir, después de retornar al Creador en arrepentimiento].La profundidad de su sentido y la austeridad de su celebración hacen de ella una fiesta sin igual. Su llegada, el 10 de Tishrei, es un acontecimiento de tal magnitud para la Comunidad que la vida parece hacer un alto en ella: se dejan a un lado todas las ocupaciones y preocupaciones, se olvidan las necesidades físicas, y la masa de individuos se apresa a sumergirse, durante un día, en un mar de purificación.

 

Teshuvá

RaMBa”M [R' Maimónides], enseña que cuando un individuo [bajo las mismas causas, condiciones y circunstancias] tiene la oportunidad de cometer la misma falta de la que se ha arrepentido, pero se abstiene de hacerlo, es un auténtico penitente. Eso es “teshuvá” genuina [ [1]]. Todo hábito negativo aleja a la persona de Ha'Shêm, mientras que al arrepentirse y retornar a Su senda, uno se conecta nuevamente con Él. En hebreo, “arrepentimiento” es teshuvá, que significa “regreso”, regresar a Él. Además, al retornar, las transgresiones de uno se transforman en méritos [Talmud Iomá 81a]. Por otro lado, el estado natural del ser es estar conectado a la Fuente de vida, independientemente de ciertas conductas transitorias que pudieran alejarlo. Y por eso se emplea la expresión teshuvá, “regresar”, pues quiere significar que uno regresa a su Origen, adonde ya ha estado previamente.

¿Qué transgresiones dificultan el arrepentimiento? RaMBa”M, en el cuarto capítulo de Hiljot Teshuvá [Normas de Teshuvá, Iad Hajazaká], enumera veinticuatro tipos de transgresiones que, en especial, deben evitarse por la gran dificultad que significa reconectarse con Ha'Shem después de haberlas cometido. La dificultad consiste en que las mismas son muy graves, o por el contrario, resultan tan insignificantes a los ojos de quien las comete, que entonces no ve motivo para arrepentirse de ellas. Dichas transgresiones son:

1.     Inducir a la gente a cometer transgresión. También se incluye a aquel que impide a su semejante cumplir un precepto.

2.     Desviar a la gente del buen camino, como el caso del instigador o el tentador,

3.     Tener conocimiento el padre de que su hijo tiene malos hábitos, y no le advierte al respecto.

4.     Pensar: “pecaré y luego me arrepentiré”. En ese punto también se incluye al que dice: “Pecaré, y en Iom Kipur de todos modos de lo Alto me perdonarán”.

5.     Apartarse de la Congregación, dado que en el momento en que los asistentes emprenden el camino del retorno, no tendrá parte en los méritos a los que son acreedores los presentes.

6.     Oponerse a las palabras de los Sabios y lo Maestros, ya que de ese modo uno se aparte de ellos, y en consecuencia no tendrá conocimiento de los caminos del retorno que ellos aconsejan.

7.     Despreciar los preceptos, pues el que lo hace jamás se interesará en cumplirlos, y consecuentemente no será acreedor de los méritos que le facilitan el camino del retorno.

8.     Menospreciar a los maestros espirituales ya que esta actitud provoca la excomunión de quien lo hace, y por consiguiente no podrá encontrar un guía que lo oriente para transitar por la senda de la verdad.

9.     Odiar los reproches, pues entonces no deja para sí una puerta abierta para tomar el camino de la teshuváh, dado que el reproche induce al arrepentimiento, pues cuando a uno le indican sus faltas [una y otra vez] finalmente optará por la senda del retorno.

10.  Ofender a toda una Congregación, ya que entonces el trasgresor le resultará sumamente difícil obtener el perdón de cada uno de los integrantes de la misma [Este caso no es similar al de quien ofende a determinados individuos en particular, que si también es grave, es más fácil lograr el perdón de uno que de muchos].

11.  Participar del producto de un robo. En este caso, el transgresor carga además el pecado de incentivar al ladrón.

12.  Encontrar un objeto perdido y  no dar aviso inmediatamente [a fin de que el dueño pueda recuperarlo].

13.  Aprovecharse de los bienes de los pobres, huérfanos o viudas.

14.  Dejarse sobornar a fin de emitir un juicio viciado.

15.  Aceptar una invitación para comer sabiendo de antemano que los alimentos no son suficientes ni siquiera para el anfitrión. Este caso está considerado como principio de robo [o matiz de robo].

16.  Hacer uso de una prenda dejada como garantía.

17.  Observar escenas indecentes.

18.  Ganar fama a costas de terceros.

19.  Levantar sospechas sobre gente inocente.

20.  Propagar rumores escandalosos o maliciosos a pesar de ser verdaderos.

21.  Calumniar.

22.  Encolerizarse.

23.  Ocupar la mente con pensamientos pecaminosos.

24.  Juntarse con malas compañías.

Afirma RaMBa”M que estos veinticuatro tipos de transgresiones, si bien dificultan el arrepentimiento, de ninguna manera lo impiden,  dado que si decide encaminarse en la senda de la teshuvá, entonces tendrá parte en el Mundo Venidero.

 

Pedir perdón al prójimo

Está escrito en la Torá, en el libro de Vaikrá (Levítico) 16:30: “Porque en este día se hará expiación por ustedes para limpiarlos de todos sus pecados; ustedes quedarán purificados [limpios] delante de Ha'Shem”.  Y eso es Iom Kipur: “perdón y purificación”, olvido de los yerros y extirpación de las impurezas del alma. Nobles conceptos que se toman en su acepción más amplia. No se trata únicamente del perdón Divino que se invoca mediante la confesión de las faltas y las prácticas de abstinencia; sino también del perdón humano, que exige el desprendimiento de la vanidad y contribuye a la elevación moral. Rencores y malquerencias son desalojados del alma. Cuando llega Iom Kipur, cada judío debe tender a su enemigo una mano de reconocimiento, debe olvidar las ofensas recibidas y excusarse por las inferidas a los demás. Pues limpio de todas sus escorias físicas y morales debe comparecer el individuo ante el tribunal de Ha'Shem. Durante un día entero permanece el israelita ante ese tribunal, en amplia confesión de culpas, en humildad, y arrepentimiento; no con el fin de rebajar su dignidad humana, sin para elevarse por encima de sus miserias morales y borra toda sombra de pecado en su interior. Y Así depurado, vislumbrar con más claridad los caminos del bien.

Se acostumbra, en víspera de Iom Kipur, pedir perdón a cualquier persona que pudimos haber ofendido o agredido en el transcurso del año, ya que Yom Kipur  nos persona únicamente por las transgresiones cometidas para con Ha'Shem. Ha'Shem NO nos persona por lo que hemos pecado contra el prójimo hasta que no le pidamos perdón y nos perdone.

 

Iom Kipur, con toda su santidad y genialidad, expiará la mayoría de nuestros pecados, pero no todos. Hay muchos pecados que Iom Kipur no borra. Esos son los pecados entre una persona y otra. Pecados como por ejemplo: hablar chismes, calumnias, críticas cortantes, humillación, etc.… ¿entiendes la idea? Todo el esfuerzo que pongas en tu arrepentimiento de Iom Kipur no borrará los chismes. Todas las lágrimas y todo el ayuno no borrarán las palabras hirientes. Todas las agonizantes horas que pases en la sinagoga abriendo tu corazón a Dios no aliviarán el daño hecho a los sentimientos de otra persona. La expiación de estos pecados solamente puede hacerse pidiendo perdón a aquellos a quienes hemos herido.

La expiación de estos pecados solamente puede hacerse pidiendo perdón directamente a aquellos a quienes hemos herido. La razón es simple pero fundamental. Debemos entender que una parte importante de nuestra relación con Dios es la relación entre nosotros y los otros judíos. Ambas son inseparables. La Torá no permite pasar por encima o pisotear individuos, a pesar de que el objetivo sea “supuestamente” noble. El Talmud nos enseña que una de las preguntas que el Ángel de la Muerte hace al momento de la muerte es: “¿Trataste a tu amigo como a un miembro de la realeza?”. Él no utiliza la terminología, “¿Le permitiste a tu amigo co-existir contigo?”. No. Él utiliza las palabras “tratar a tu amigo como a un miembro de la realeza”. Esto es porque todos somos príncipes y princesas de la familia real de Ha'Shêm y merecemos un trato acorde.

 

Tiempo para Superarlo

La siguiente historia real ilustra la lección de Iom Kipur de una forma muy conmovedora:

“Shmulik estaba teniendo una mala mañana. Recién había tenido una fuerte discusión con su esposa, él salió muy ofuscado de su casa en uno de los pequeños poblados israelíes de "Cisjordania" y cerró la puerta de un golpe. Rivka, su esposa, estaba visiblemente herida y apenada.... Quince minutos después sonó el teléfono. "Hola Rivka, es Shmulik. Estoy entrando en el túnel y solamente quería decirte que te amo y que siento mucho lo que pasó antes".

¿Por qué el repentino cambio de actitud? En los últimos años había habido numerosos ataques de francotiradores dentro o alrededor del túnel al cual se estaba refiriendo Shmulik. Las personas comenzaron a llamarlo el “Túnel del Amor” porque cuando entras al temido túnel, te das cuenta qué es realmente importante en la vida. Repentinamente te das cuenta que realmente no hay nada por lo que valga la pena pelear. Tu ferviente deseo es reconciliarte vivo y ver a tus seres queridos nuevamente, porque después de todo lo dicho y hecho, nada importa más que tus relaciones con las demás personas.

Iom Kipur es una especie de túnel. En Iom Kipur rogamos a Ha'Shem por el regalo de la vida. A cambio prometemos empezar a hacer las cosas bien. Bueno, aquí hay un lugar para empezar. Toma el teléfono y llama a esa persona con la que no has hablado últimamente. Pídele perdón a aquellos a quienes has herido y ofendido. Reconcíliate con tu vecino, con tu antiguo socio o con tu compañero de clase. Dile a tu mamá, papá, hermano, hermana, pareja, hijos o suegros cuanto los quieres y te preocupas por ellos. Porque después que todo está dicho y hecho las otras cosas no importan mucho. Si estás leyendo esto en Iom Kipur y no tienes la oportunidad de llamar y pedir perdón, entonces lee el rezo Tefillat Zaaká al principio del Majzor de Iom Kipur. Perdona con sinceridad a aquellos que te han tratado mal. Promete llamarlos después de Iom Kipur para pedirles perdón personalmente y tenlos en mente durante tus rezos. ¡Que todos seamos bendecidos con el mejor año de nuestras vidas!

 

Preparación previa

·        Debe separarse dinero para caridad y llevarse a la Sinagoga antes de los servicios vespertinos para ser distribuidos entre varias instituciones de carácter religioso o de beneficencia social.

·        Debido a que Iom Kipur no expía pecados cometidos contra el prójimo a menos que la parte agravada haya sido apaciguada y haya aceptado perdonar al autor de la mala acción, este día debe considerarse como la fecha límite para la reconciliación, para expresar pesar y solicitar el perdón. No hay diferencias si la mala acción cometida fue en cosas materiales o por medio de un insulto verbal. Ha'Shem no perdona a menos que la parte agravada haya perdonado primero.

·        La comida al atardecer, previa al ayuno, debe ser festiva. Sin embargo, no se debe comer demasiado o comer algo que pueda causar sed, porque esto haría más difícil el ayuno. Los Ashkenazím acostumbran comer kreplaj [ravioles con carne], dado que la carne simboliza el atributo de la Severidad Divina, mientras que la masa es símbolo de la Misericordia, por lo que dicho plato representa la misericordia ocultando y mitigando el rigor de la severidad. Y el último refrigerio previo al ayuno se llama “Sendat Hamafseket”. El cual debe finalizar antes de la puesta del sol con la finalidad de prolongar el día sagrado restándole tiempo al día profano. En esta Sedat Hamafseket se ingiere pan con miel, como expresión de deseo de que se endulce nuestro veredicto. Está prohibido tomar bebidas alcohólicas, y en general se acostumbra comer comidas livianas para facilitar el ayuno.

·        Antes de abandonar el hogar para partir hacia la Sinagoga se acostumbra que el padre bendiga a sus hijos e hijas [[2]].

·        La Torá especifica que el ayuno [[3]] debe comenzar en el noveno día de manera que el ayuno de Iom Kipur comience en realidad antes de la caída del sol, cuando todavía hay luz. Solamente concluye al anochecer del día siguiente. Por “anochecer” no se entiende la puesta del sol, sino más bien la caída de la noche, que es algo más tarde, cuando aparecen las estrellas. El tiempo de espera depende de la latitud geográfica [en la parte meridional de América del Sur las estrellas aparecen generalmente alrededor de cuarenta minutos después de la puesta del sol].

·        El ayuno de Iom Kipur puede romperse solamente por razones de enfermedades graves. El deseo expresado por la persona enferma o la opinión del médico deben ser los factores determinantes para otorgare la dispensa. En esos casos debe solicitarse la decisión de un rabino.

·        Una mujer que esté dando a luz [desde el momento en que comienza a sentir los dolores del parto] y durante los tres primeros días después del nacimiento, no está autorizada a ayunar, inclusive si insiste en hacerlo. Desde el tercero al séptimo día después del nacimiento puede ayunar si lo desea, pero puede romper el ayuno si siente necesidades de hacerlo.

·        El uso de ropa blanca en Yom Kipur [ropas blancas, túnica blanca (Kitel), gorro blanco] es una costumbre consagrada por el tiempo y tiene el propósito de recordar los blancos sudarios (tajrijím) con que se entierra a los muertos, y de esa manera suavizar el corazón del creyente. El blanco representa también la pureza y simboliza la promesa profética: "Aunque vuestros pecados fueren como la grana, como la nieve serán blanqueados" [Ieshaiá (Isaías) 1:18].

 

Por qué, para qué y cómo

Veinticuatro horas de ayuno absoluto, oficios religiosos que absorben todo el día: tal es el aspecto externo de Iom Kipur. ¿Pero cuál es el sentido íntimo de esta fiesta sin par? El nombre Iom Kipur [lo que suele traducirse “Día del perdón”] informa de una fase tan sólo de su significación.

El primer Iom Kipúr de la historia tuvo lugar hace 3325 años, cuando Moshé bajó del Monte Sinay por tercera vez con el segundo juego de tablas en sus manos, señalando el perdón Divino por el pecado del “becerro de oro”:29 Y esta será para ti una ley perpetua[eterna]: En el mes séptimo, el día décimo del mes, ustedes afligirán vuestras almas [practicarán la negación propia]; y no harán ningún tipo de trabajo, ni el ciudadano ni el extranjero que reside entre ustedes[[4]]. 30 Porque en este día se hará expiación por ustedes para limpiarlos de todos sus pecados; ustedes quedarán purificados [limpios] delante de Ha'Shem. 31 Será un Shabat extremo[de completo reposo]  para ustedes, afligirán vuestras almas [practicarán la negación propia]; es una ley perpetua [eterna] [Vaikrá (Levítico) 16:29-31].

Dos conceptos claves de este texto son los términos “Afligirse” y “descanso extremo”. ¿Qué se entiende por “afligirse”? y ¿qué se entiende por “descanso extremo”? Nuestros Jajamím señalan que la aflicción de Iom Kipur consiste en abstenerse de cinco actividades durante Iom Kipur: 1º) alimentarse [[5]], 2º) bañarse [[6]], 3º) ungirse; 4º) calzarse con cuero [[7]] y 5º mantener relaciones íntimas.

¿Qué tiene que ver la abstención de dichas cinco actividades con un día de “perdón”? La respuesta está en el hecho que la Toráh se refiere al día como Shabat Shabatón, o sea “Shabat de Shabats” [o día de “descanso de –todos los- descansos”]. Según la tradición Sinaíca, dicha expresión quiere decir descansar de todo tipo de placer cuya ausencia implica aflicción.

 

Prescripciones de Yom Kipur

Iom Kipur es fecha de ayuno absoluto. Desde la comida que le precede [y que se sirve antes de la puesta del sol] hasta la terminación de la festividad, el judío se abstiene de todo alimento y bebida. Esta práctica se interpreta no sólo como una evasión de lo terrestre, sino como una prueba de nuestra fuerza de voluntad sobre los apetitos materiales, que tantas veces conducen al pecado.

Por último, el ayuno nos hace sentir en carne propia los padecimientos de los que por falta de medios sufren hambre y sed. Como todos los preceptos que imponen privaciones físicas, el ayuno no rige para las personas enfermas. En Iom Kipur están prohibidas todas las tareas; pues como lo establece la Torá: “Será un Shabat extremo[de completo reposo]  para ustedes, afligirán vuestras almas [practicarán la negación propia]; es una ley perpetua [eterna]” [Vaikrá (Levítico) 16:31].Antes de comenzar el Ayuno se debe comer bien [sevdat mafseket], y el Ayuno [Tzóm] comienza a partir de las 18:15 hs. en forma completa, y finaliza al día siguiente, una hora después que sale la primera estrella.

 

Berajot

Antes de iniciar el día de Iom Kipur, se encienden las velas y se pronuncia la siguiente berajáh:

“Baruj ata Adonái, Eloheinú Mélej ha'olam, asher kideshanú bemitzvotav vetzivanu leadlik ner shel Iom ha'Kipurím”

[“Bendito eres Tú Ha'Shem, nuestro Elohím, Rey del Universo, Quién nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender las velas del Día del Perdón”]

Cuando Iom Kipur cae en Shabat se pronuncia la siguiente berajáh:

“Baruj ata Adonái, Eloheinú Mélej ha'olam, asher kideshanú bemitzvotav vetzivanu leadlik ner shel Shabat ve shel Iom ha'Kipurím”

[“Bendito eres Tú Ha'Shêm, nuestro Elohím, Rey del Universo, Quién nos santificó con Sus preceptos y nos ordenó encender las velas de Shabât y del Día del Perdón”]

 

 

 

Bendición de los hijos

Antes de partir para la Sinagoga, en la víspera de Yom Kipur, el padre imparte la bendición a sus hijos. Esta costumbre tiene su origen en épocas muy remotas, en los días de los primeros patriarcas.

Para un hijo varón [es]:

“Iesimejá Elohím ke'Efráyim veji'Mnashé

..hv,n'm]kiwÒ !yIr'p]a,K] !yhil¿a, *m]ciy

“Quiera Di-s hacerte cómo Efrayím y cómo Menashé”.

 

Para una hija mujer [es]:

“Iesimej Elohim ke'Sara, Rivka, Rajel, ve'Leá

.ha;lwe .ljer; hq;b]ri .hr;c;K] !yhil¿a, &meciy“

“Quiera Di-s hacerte cómo Sará, Rivká, Rajel y Lea”.

Es un ruego a Ha'Shem a fin de que conceda a sus hijos un alma piadosa y recta, y termina invocando para ellos “una vida prolongada y feliz”.

 

Perspectiva mística

El Maharal de Praga  [ [8]] ofrece la siguiente fascinante explicación mística:

“El objetivo de Iom Kipur es llevarnos al nivel de los malajím [mensajeros] quienes están despojados del cuerpo y sus instintos. El alma se encuentra en el cuerpo porque es ahí donde debe residir para poder cumplir con su misión en la tierra. Para poder lograr que el alma quiera residir en el cuerpo, el cuerpo debe reunir determinadas condiciones. Al debilitar dichas condiciones, el cuerpo se vuelve “inhóspito” y el alma busca desprender y liberarse de él. El alma tiene cinco nombres, cada uno de los cuales se refiere a una de cinco dimensiones o funciones que [a su vez] encuentra su contrapartida en una de cinco actividades corporales.

1.     Jaiá se refiere a la fuerza vital del alma. Puede manifestarse en el cuerpo siempre y cuando el cuerpo es alimentado. Al privarse de alimentación la manifestación de la fuerza vital del alma se disminuye.

2.     Iejidá se refiere a la condición de unicidad y la tarea de unión y unificación mque el alma ejerce. El cuerpo, a su vez, logra su completitud por medio de las relaciones íntimas que lo une con su cónyuge y los transforma en “una sola carne”. Al privarse de esto, ese aspecto unificador del alma no encuentra su expresión en el cuerpo y se desprende.

3.     Neshamá se refiere a la tarea iluminadora del alma. Al bañarse, el cuerpo brilla y se transforma en un continente apto para dicha función del alma. Al abstenerse de bañarse, el aspecto iluminador del alma no encuentra su contrapartida y se aleja del cuerpo.

4.     Néfesh se refiere al alma en sí, en su estado más puro y esencial. El objetivo de ungir es limpiar al cuerpo de toda clase de contaminación foránea adherida a él. Al abstenerse de ello, la condición “esencial” del alma no encuentra su contrapartida en el cuerpo y busca liberarse de él.

5.     Rúaj quiere decir “aire, soplo” o “espíritu” y se refiere al aspecto espiritual del alma que lo aleja de lo material. Los zapatos cumplen la función de separar entre el pie y la tierra. Mientras uno calza zapatos de cuero, y está por ello separado de la tierra, está en condiciones de contener y dar expresión a la faceta “espiritual” del alma. Al removerse esa separación, y afianzar la conexión entre el cuerpo y la tierra, el alma se siente “incómoda” y se desprende del cuerpo.

Es por medio de trascender la realidad cotidiana que logramos posicionarnos en un nivel espiritual desde el cual todo pecado cometido pierde sentido y podemos pedir y obtener perdón por los pecados cometidos mientras estábamos en “”otra realidad”.

 

Día único en el año

La Toráh [[9]]se refiere a Yom Kipur como Ajat Bashamá, un día [único] en el año. Si bien muchos lo verán como un día de “pararrayos” en el cual uno descarga toda su espiritualidad, las enseñanzas de nuestros Jajamím nos enseñan que debería ser más bien como una “locomotora” que influye en el resto del año, introduciendo y cargándose de una espiritualidad vinculada con el Uno.

 

Otras plegarias

La plegaria de Neilá es la que distingue Yom Kipur de los demás días del año. Es el único día del año en el cual pronunciamos cinco plegarias, a diferencia de los días de semana en que tenemos tres [Shajarit, Minjá, Arvit], y las cuales son:

       I.       Maariv [plegaria vespertina],

    II.       Shajarit [plegaria matutina],

 III.       Musaf [plegaria adicional],

IV.       Minjá [plegaria de la tarde],

   V.       Neilá [plegaria de cierre –de Iom Kipur–].

La plegaría de Neilá es la que distingue a Iom Kipur de los demás días del año. Dado que las plegarias de Maariv, Shajarit y Minjá son comunes a todos los días del año; y la plegaria de “Musaf” se recita en Shabât, Festividades, y Rosh Jodesh; mientras que Neilá es exclusiva de Iom Kipur.

Según las enseñanzas de los Jajamím, todos los días del año damos expresión y conectamos a los tres niveles conscientes del alma, Néfesh [carácter], Rúaj [intelecto] y Neshamáh [intelecto]. Los días sábados y días festivos nos conectamos y damos expresión también al cuarto nivel, Jailá, la dimensión subconsciente del alma. En Iom Kipur nos conectamos con y damos expresión al quinto nivel del alma, la esencia misma, denominada Iejidá.

 

Oficio Religioso - Plegarias

I. Kol Nidré

De una solemnidad nunca igualada en las otras ceremonias judías es la noche del Kol Nidré, con que se inicia la celebración de Iom Kipur. La Sinagoga ofrece un aspecto imponente: lámparas y candelas esparcen su clara luz; el Jazán y algunos feligreses aparecen envueltos en sus blancos ropajes [los kitel], los mismos que han de cubrir sus cuerpos cuando la vida haya huido de ellos. En medio del silencio expectante de la Congregación, algunos rollos de la Torá son extraídos del arca sagrada, y pocos instantes después las primeras notas melodiosas del Kol Nidré se elevan en el aire, llenando el alma de los fieles de una punzante emoción.

Más que una plegaria, Kol Nidré es una declaración: establece la nulidad de todos los votos que, implicando un compromiso consigo mismo, pueda contraer el individuo durante el año en un momento de arrebato o descuido. No es, pues, un desconocimiento de las obligaciones para con los demás, ni la anulación de compromisos contraídos en circunstancias comunes, sino el rechazo de promesas que atañen a la propia conciencia, formuladas en condiciones anormales y que el judío, no por ligereza,  sino por su escrupulosidad en el cumplimiento de las obligaciones que así mismo se impone, se apresura a desconocer, previendo que no ha de cumplirlas.

Tuvo esta ceremonia excepcional importancia en la época de la persecución de los “marranos”, en el siglo XV. Aparentemente convertidos a otra religión [[10]], estos hombres en quienes seguía latiendo invariable la antigua fe, se reunían secretamente la noche de Yom Kipur y se relevaban de su conversión forzosa con la solemne declaración de Kol Nidré. De esta época data la desgarradora melodía con que hasta hoy se acompaña en la Sinagoga, y en la que parecen vibrar las incontables penurias del pueblo hebreo. Terminada la ceremonia de Kol Nidré, la Congregación se retira, saludándose unos a otros con el deseo de una “¡¡Jatimá továh!!” [un veredicto favorable], pues según la tradición, en Iom Kipur se sella el fallo que para todas las criaturas ha inscripto Ha'Shem el día de Rosh Ha'Shaná en el Libro de la Vida.

 

II. Al Jet [por los pecados]

A Kol Nidré siguen otras oraciones, entre las cuales figuran las confesiones [Al Jet] que constituyen el tema principal del oficio de Iom Kipur. Todas las categorías del pecado están mencionadas en ellas, y la confesión se hace en plural, pues la Comunidad entera pide perdón a Ha'Shem. En las Sinagogas modernas se ha sentado la costumbre de que el rabino pronuncie es esta noche un sermón adecuado a la oportunidad.  El día íntegro de Iom Kipur permanecen los judíos en la Sinagoga, entregados a sus oraciones. En todas ellas prevalecen la confesión y el arrepentimiento. El Al-Jet [por los pecadoses repetido varias veces en el curso del día. Muchas de las plegarias son cánticos de alabanzas, y otras recuerdan las mil vicisitudes de la grey judía durante su azarosa vida.

 

II. Avinu Malkeinú [Padre nuestro, Rey nuestro]

En esta plegaria se proclama que El Eterno es “Avinu” [Nuestro Padre] y Malkeinú” [Nuestro Rey]. Y al finalizar, la plegaria se torna emotiva, dado que expresamos individualmente y en Comunidad, la solicitud del perdón Divino:

“Padre nuestro, Rey nuestro, muéstranos Tu gracia y respóndenos, pues no hay en nosotros actos meritorios; haz con nosotros caridad y bondad, y sálvanos”.

....“Avinú Malkeinú, jonéinu vaanéinu ki éin bánu maasím asé imánu tzedaká vajésed vehoshiéinu”

 

IV. Vidui [confesión]

Esta plegaria contiene en orden alfabético 22 expresiones de culpa, pecado y transgresión entre otros, que se dicen en orden alfabético, de pie y en voz alta. Sólo el Jazán podrá elevar su voz. Se golpea su corazón al mencionar cada categoría de pecados. Se usa la primera persona plural [somos culpables] para destacar la responsabilidad en común como comunidad que se siente en todos los casos de transgresión. De allí que esta plegaria pueda ser dicha verazmente hasta por un Tzadik, quien realmente nunca ha cometido ninguna de las transgresiones serias mencionadas en Ashamnu. Además se dice “hemos pecado nosotros y nuestros padres”, a fin de incluir la confesión de faltas eventualmente cometidas en una precedente reencarnación. Además, según los criterios de la Torá, ciertas faltas aparentemente livianas son juzgadas como extremadamente graves: “hacer palidecer a su prójimo equivale a verter su sangre”, “Enojarse o enorgullecerse equivale a practicar la idolatría”. Lo esencial al recitar esta confesión de pecado es expresar un arrepentimiento sincero por haber cometido la mala acción y resolver firmemente no volverla a repetir. Se hace esta confesión directamente a Ha'Shem.

 

V. Yizcor

Dos veces se extraen del arca sagrada los rollos de la Torá, y se procede a la lectura de los capítulos destinados a este día. Viene luego la oración por los difuntos [Yizcor] a la que se suele agregar una en memoria de los mártires del judaísmo. Incluye también el oficio de Iom Kipur la Avodá, relación poética recordatoria de las antiguas ceremonias practicadas en el Templo de Ierushalaím. En aquellos días, ésta era la única oportunidad del año en que el Kohen ha'Gadol [Gran Sacerdote] penetraba en el Lugar Kadosh Kadoshím [donde nadie sino él podía pisar jamás] y en que pronunciaba luego, durante las plegarias, el nombre de Ha'Shem, arrodillándose entonces la Comunidad, presa de reverente temor.

Izkor significa "que se recuerde [por Ha'Shem]". El duelo en el judaismo se maneja de dos maneras: privado y en público. Cuando visitamos la tumba de un familiar u observamos Iarzeit [el aniversario del fallecimiento de una persona], generalmente lo hacemos en privado. Yizkor es la observancia de la Comunidad por un duelo. Yizkor viene de la palabra Zakor [recordar]. Se lleva a cabo cuatro veces al año en la Sinagoga: después de la lectura de la Torá en Yom Kipur, en shemini Atzereth [el dia que sigue a Sukot], durante el octavo dia de Pésaj, y el segundo dia de Shavuot [Fiesta de las Semanas o la entrega de la Torá]. Izkor siempre va acompañado por la Tzedaká [caridad] y el propósito es recordar al fallecido a través de las buenas acciones cuando damos caridad con la esperanza de que el alma de quien ha departido se elevada en el reino celestial y como también, como una manera de expiar nuestras malas acciones. El Male Rajamím [Di-s pleno de misericordia], Av Ha'Rajamím [Padre el Misericordioso], el Tehil (Salmo) 23 y se ha hecho costumbre agregar el Kadish de Duelo. Algunas de las plegarias que se consideran durante un servicio de Izkor son: Aunque algunas congregaciones no lo tienen por costumbre, otras han optado por recitar los siguientes versos antes de Izkor.

 

VI. Neilá

La quinta plegaria de Iom Kipur, que se dice al bajar el sol, se llama Neilá. Neilá quiere decir “cerrar”. Implica que el día [y las oportunidades] están cerrando. La perspectiva de nuestra tradición al respecto es que es el momento más elevado del día, el momento de “encierre” entre el alma y Ha'Shem en el cual se expresa su vínculo quinta-esencial. Al final de la Neilá se hace sonar un sonido largo y simple del Shofar, expresando el llanto simple y puro del alma que busca reunirse con su fuente Divina. La última parte del ceremonial de Iom Kipur se llama Neilá, o sea “clausura”. Repítase luego, tras el clásico “Shemá Isra'el” [Oye Israel], por siete veces la profesión de fe: “El Eterno es nuestro Elohím”.

Se finaliza Iom Kipur con un toque único y prolongado del Shofar, que simboliza “cuando suene largamente el cuerno de carnero....” [Shemot (Éxodo) 19:13] que señalo la conclusión de la Revelación del Sinay. También conmemoró en la antigüedad el sonido del Shofar en Iom Kipur el comienzo del Ióbel [Jubileo].

 

El año del Jubileo

“Entonces sonarán fuertemente el cuerno[del shofar]; en el séptimo mes, el día diez del mes –el Día de la Expiación– harán sonar el cuerno [del shofar] a través de toda vuestra tierra”[Vaikrá (Levítico) 25:9].

La legislación hebrea reconocía antiguamente el año del Ióbel [jubileo], que se repetía cada 50 años. De acuerdo con lo prescripto por la Torá, en año de jubileo volvían a su dueño las tierras que éste se había visto obligado a vender en momentos de apremio; y los desdichados que habían sido reducidos a la servidumbre a consecuencia de sus deudas, recobraban su libertad sin rescate ninguno. En ese año de reparación no debía quedar en todo el país un solo siervo, ni un solo propietario desposeído de su parcela.

Es esa reivindicación, que el Shofar proclamaba otrora en los años del jubileo, lo que ese único toque del cuerno del carnero hoy al judío, al finalizar el oficio de Iom Kipur; y en esa evocación de pretérita justicia halla un modelo sobre el cual inspirar su vida en el año que comienza.

 

Despedida de Yom Kipur

Siendo, como es, “Shabat de Shabat”, Iom Kipur se despide también con una Havdalá, ceremonia con que se da fin a la celebración del Shabat. Primero en la Sinagoga, luego en el hogar, se pronuncian las bendiciones del vino y el fuego, utilizándose para esta última una vela que el ama de casa ha encendido antes de la iniciación de la festividad, en memoria de sus seres queridos pasados a mejor vida. Reunida la familia, a su regreso de la Sinagoga, se sientan a la mesa y dan comienzo a la comida, que adquiere un carácter festivo.

Después de Yom Kipur, se debe comenzar con los preparativos para la festividad de Sucot, cuatro días más tarde, construyendo una Sucá y adquiriendo un Lulav y un Etrog.

 

“¡¡Guemar Jatima Tová!!” [¡Qué sea inscripto para nien!].

 



[1]Rambam, Iad Hajazaká, Hiljot Teshuvá.

[2]Ver más adelante en la página 8 y 9.

[3]A los niños menores de nueve años no se les permite ayunar porque ello puede ser perjudicial para la salud. A partir de la edad de nueve años deben ser entrenados gradualmente para ayunar por períodos cada vez más prolongados hasta llegar al ayuno completo. Niñas a partir de los doce años y varones a partir de los trece años deben ayunar como todo adulto.

[4]“No harán ningún tipo de trabajo...”: En lo que se refiere al trabajo, en Yom Kipur [el Día de la Expiación] sigue las mismas reglas que el Shabat semanal, con las mismas excepciones cuando la vida de una persona está en peligro. Lo que está prohibido en Shabat, está [también] prohibido en Yom Kipur. Está prohibido ayunar en Shabât porque esto disminuiría el placer que el día debe proporcionar para el domingo o anticipados para el jueves: pero si el día de Yom Kipur coincide con el Shabât, se exige ayunar y “afligir el alma”. Algunos explican que ayunar con el propósito de expiación no contradicen las exigencias del Shabat de Oneg [o gozo]. Otros simplemente consideran que la exigencia de Yom Kipur tiene precedencia y fundamentan su opinión en el hecho de que Iom Kipur se denomina Shabat Shabatóm, implicando que es el “Reposo de los Reposos”.

[5] “Ayuno”: Se observa un ayuno completo y total, absteniéndose de todo alimento y bebida durante el período completo [aproximadamente veinticinco horas]. Y en algunas Comunidades se acostumbra extenderlo veintiséis horas, ya que veintiséis es el valor numérico del Tetragramatón [El Nombre Divino compuesto por las letras (י) “Iud”, (ה) “Hé”, (ו) “Vav”, (ה) “He”].

[6]“Bañarse”: El aseo que está prohibido es el que se hace por placer o para contribuir a sentirse más cómodo y placentero [Shel taanug]. El aseo realizado para lavar suciedad o al lavarse a la mañana o después de realizar las necesidades está permitido [Kedarcó tamid].

[7]“Calzarse”: una persona que esté enferma o cuyos pies le causen dolor, puede calzar zapatos normalmente.

[8]Rabbi Judah ben Bezalel Lowe, 1525-1609.

[9]Vayiqrá (Levítico) 16:34.

[10]Hace referencia a las confesiones forzosas que el “cristianismo” hacia sobre nuestro pueblo, como un acto de subyugación y sometimiento. Y al judío converso al “cristianismo” le llamaban “marrano” [puerco].

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 Cita del Día

"Moshé recibió la Torá en Sinái. Y la transmitió a Iehoshúa, y Iehoshúa a los Zeqením, y los Zeqením a los Neviím, y los Neveiím la entregaron a los hombres de la Gran Asamblea" (Tratado Avot).