Rosh Ha'Shaná

Está escrito en la Torá:

·        “Adonái le habló a Moshê, diciendo: “Háblale así al pueblo yisraelita: en el séptimo mes, el día primero del mes, ustedes observarán un completo descanso, una ocasión sagrada conmemorada con fuertes toques de trompeta [Vaikrá (Levítico) 23:23-24].

·        En el séptimo mes, el primero del mes, observarán una ocasión sagrada: no trabajarán en sus ocupaciones. Lo observarán como día de sonar la trompeta” [Ba'Midvar (Números) 29:1].

Rosh Ha'Shanâ [ראש השנהֽ], es celebrado el 1º y 2º día del mes de Tishrei, corresponde al año nuevo. En estos dos textos estás las dos especificaciones de la festividad: 1) hacer “sonar el Shofar” y que sea “el mes séptimo”, en relación al mes de Tishrei, considerando a Nisán el primer mes del calendario [leer Shemot (Éxodo) 12:2]. Pero su significación es mucho más amplia que la simple iniciación de un ciclo: a la idea de tiempo se unen conceptos de responsabilidad y de juicio, que confieren a esta festividad su carácter grave y solemne. La palabra “Ha'Shaná” [השנהֽ] viene del shoresh “shinui [cambio], el cual comienza desde el interior de la persona, y de “sheina” [sueños], en relación a las metas marcadas para este año nuevo que comienza, completando las cosas que quedaron pendientes en el año que está concluyendo.

 

Los días antes de Rosh Ha'Shaná

La plegaria intensiva constituye la característica principal de este día. El reconocimiento de la Soberanía de Ha'Shem sobre el mundo y de Su autoridad sobre la humanidad, son los temas más importantes de las oraciones.

Se comienzan a recitar las oraciones en las que imploramos el perdón de nuestras transgresiones, a la vez que nos comprometemos ante el Supremo y ante nosotros mismos corregir nuestra conducta en vista al futuro. Estas plegarias se denominan “Selijot [viene del hebreo “Selijá”, “perdón”] y nos ayudan a dirigir nuestros pensamientos hacia un propósito y un fin más elevado de vida.

Los Ashkenazím comienzan a leer los Selijot el domingo de madrugada anterior a Rosh Ha'Shaná. Si Rosh Ha'Shaná cae en lunes o martes, comienzan a leer las Selijot el domingo de la semana precedente. Como estas oraciones deben ser recitadas por la mañana temprano, ha surgido la costumbre en muchas congregaciones de leer Selijot el sábado después de la medianoche.

Los Sefaradím comienzan a leerlas el segundo día del mes de Elul continuando hasta la víspera de Rosh Ha'Shaná.

 

Denominación de Rosh Ha'Shaná

Correspondiendo a sus diversas significaciones, encontramos en la tradición de nuestro pueblo, tres nombres para Rosh Ha'Shaná:

              I.     Iom Hazicarón, “Día del recuerdo”. Dos clases de remembranzas acuden a la mente del judío: la de su responsabilidad como hijo de Isra'el, y la de sus actos personales en el año transcurrido. Un ciclo de vida se ha cerrado, con su maraña de alegrías y tribulaciones; y antes de transponer el umbral del nuevo año, se echa una mirada retrospectiva sobre la propia conducta y pide a Ha'Shem la absolución de las faltas cometidas. Implica la evocación de nuestro Pacto con el Supremo, y la recordación por parte del Supremo de los actos de todas las criaturas. Asimismo, evoca el mérito de los patriarcas en nuestro favor: En este día el Supremo evoca la actitud de Avraham, que estuvo dispuesto a sacrificar a su hijo en aras de Él.

           II.     Iom Terúa, o sea el “Día en que sebe hacer sonar el Shofar”. Es un llamado a la conciencia del individuo a través del sonido del Shofar para que realice un balance de sus actos y reflexiones sobe su conducta para con el prójimo y para con Ha'Shem, recordando que es el Yom Dím.

        III.     Iom Ha'Dím, “Día del Juicio”, día en el que Ha'Shem decide la salvación de los virtuosos a la vez que otorga a quienes no lo son la oportunidad para que en los Haseret Iemei Teshuvá [Diez días de Arrepentimiento, los días que median entre Rosh Ha'Shaná y Yom Kipur], a través de las Selijot, revean sus conductas y reconozcan la Autoridad Suprema. Es además el día en donde cada ser humano es responsable por sus acciones, imprimiendo sobre este día su severa condición: pues si bien no está en la mano del hombre escoger su destino, él puede, empero, encaminar su vida y emplear buena o malamente las fuerzas que Ha'Shem pone a su alcance. Y ante la inminencia del juicio Divino sobre los frutos de ese libre albedrío, el ser humano invoca clemencia y ruega: “¡¡Inscríbenos en el Libro de la Vida, de la Redención y Salvación!!”. Al saludarse en esta fiesta los israelitas dicen: “Leshaná tová tikatevú” [“¡¡Se inscripto para un año bueno!!”].

También puede ser: “¡¡Shaná Tová tikatevú ve'tijatemú!!”[“¡¡Buen año, nos inscriba y nos selle!!”].

 

Celebración religiosa

Las ceremonias religiosas tienen particular importancia en Rosh Ha'Shanâh, pues esta festividad se celebra exclusivamente en la Sinagoga. Como para las otras magnas oportunidades, las  oraciones están compiladas en el correspondiente Májzor [“ciclo o período”], o sea “Libro de rezos”. Los pasajes del Tanaj y del Talmúd figuran en él, junto a plegarias intercaladas posteriormente y escritas, muchas de ellas, por inspirados poetas hebreos.

Tal es el caso de la plegaria de Unetame Tokef  [[1]], compuesta por el rabino Amnón de Maguncia, en la Edad Media, y cuya lectura marca uno de los momentos más impresionantes del ceremonial religioso. Este bellísimo poema alude a la pequeñez del ser humano frente a la grandeza divina; habla del juicio de Ha'Shem que discierne, de acuerdo con los méritos de cada uno, quién ha de vivir y quién ha de morir; quién ha de gozar de paz y prosperidad, y a quién le aguardan la miseria y el desasosiego. Y recuerda, finalmente, por qué medios se alcanza la gracia Divina: teshuvá, tefilá y tzedaká.

Coincidente con el pensamiento hebreo, que no reconoce el dogma del pecado original, estas oraciones despiertan en el israelita su optimismo y el sentido de su responsabilidad. El hombre es bueno de naturaleza y libre: Ha'Shem pone en sus manos los medios de renovarse siempre y le indica los caminos que llevan a su gracia: teshuvá [volverse en “arrepentimiento” al Creador], lo que implica una renovación espiritual y moral, tefilá [oración], sumisión ante Ha'Shêm que rige nuestros destinos y respeto por sus misterios; y tzedaká [justicia], que el ser humano debe luchar por implantar en la tierra.

Pero tefilá y tzedaká significan algo más que religiosidad pasiva y amor por la justicia; exigen la práctica de esas virtudes, demostrando en nuestro apoyo al débil, en nuestra solidaridad con el oprimido y necesitado. Justicia y beneficencia se expresan en hebreo con la misma palabra: tzedaká; así pues, en el ejercicio de la caridad el judío ve una reparación justiciera de la desigualdad reinante entre ricos y pobres, reparación que las oraciones de Rosh Ha'Shaná le inducen a realizar.

Otras oraciones desenvuelven en esta oportunidad tres ideas fundamentales del credo judío: Ha'Shem es Rey, es Juez, y es Legislador. Al final de cada una de esas tres series de plegarias, el Shofar vuelve a emitir sus emocionantes sonidos.

·        Las personas confinas en sus casas y que no pueden acudir a la Sinagoga para escuchar el Shofar, deben tratar de obtener los servicios de alguien que pueda pasar por su casa y hacerlo sonar para ello.

 

Unetame Tokef

“Proclamemos la poderoso santidad de este día, pues es pavoroso y temible. En él Tu reinado es enaltecido, Tu trono es establecido con benevolencia, y Tú estás sentado sobre él en verdad.

Es verdad que Tú eres Juez, el que presenta las pruebas, El conocedor y el Testigo, Que registra y sella, Que cuenta y evalúa, y Tú recuerdas todas las cosas que han sido olvidadas. Tu abres el Libro del Recuerdo y ése se lee solo; la firma de cada hombre está en él. El gran shofar es hecho sonar, y se escucha una voz queda, suave; los mensajeros tiemblan, los escoge el temor y la ansiedad, y exclaman: ¡el Día del Juicio está aquí! Las huestes celestiales han de ser juzgadas, pues [aun] ellas no serán halladas meritorias ante Tus ojos en el juicio. Todos los seres creados pasarán ante Ti, [uno a uno,] cual un rebaño de ovejas.

 

[Jazan: “Tal como un pastor sus ovejas debajo de su cayado, así haces Tú pasar [ante Ti] a cada alma viviente, y Tú cuentas, evalúas, y las tienes presentes, y Tú asignas la específica porción para las necesidades de todas Tus criaturas, e inscribes el veredicto de su juicio”].

En Rosh Ha'Shanâh son inscriptos, y en el día de ayuno de Yom Kipur son sellados: Cuántos han de pasar y cuántos han de nacer, quién ha de vivir y quién ha de morir, quién ha de vivir el tiempo que le fuere asignado y quién ha de partir prematuramente, quién [ha de perecer] por el agua y quién por el fuego; quién por la espada y quién por la fiera salvaje; quién por el hambre y quién por la sed; quién por el terremoto y quién por la peste; quién por asfixia y quién por lapidación; quién descansará y quién deambulará; quién estará tranquilo y quién sufrirá acoso; quién disfrutara de bienestar y quien sufrirá tribulaciones; quién empobrecerá y quién enriquecerá; quién será humillado, y quién enaltecido”

 

 

Más el Arrepentimiento, la Plegaria y la Caridad, apartan la severidad del decreto”.

“Unetané tókef kedushát haióm ki hu norá veaióm, uvó tinasé veteishév aláv beemét.

 

 Emét ki atá hu daián umojíaj veiodéa vaéd, vejotév vejotém vesofér umoné, vetizkór kol hanishkajót, vetiftáj et séfer hazijronót, umeeiláv ikaré, vejotám iád kol Adám bo, uvashofar gadól itaká, vekól demamá daká ishamá, umalajím iejaféizun, vejíl ureadá iojéizun, veiomrú hiné ióm hadín, lifkod al tzva marón badín, ki lo izkú veeinéja badín. Vejól baél olám iaavrúm lefanejá kivnéi marón”.

[Jazán: “Kevakarát roé edró, maavír tzonó tájat shivtó, ken taavír vetispór vetimné, vetifkód néfesh kol jái, vetajtój kitzvá lejól biriotéja, vetijtóv et guezár dinám”]

 

BeRósh Ha'Shaná ikatéinu, uve'Yóm Tzom Kipúr iejatéimun, kamá iaavrúm, vejamá ibaréiun, mi ijié umí iamút. Mi vekitzó umí lo vekitzó, mi vamáim, umí vaésh, mi vajérev, umí vajaiá, mi varaáv, umí vatzamá, mi varáash, umí vamagueifá. Mi vajaniká, umí vaskilá. Mi ianúaj umí ianúa, mi ishakét umí itaréf, mi ishalév umí itiasár, mi ieaní umí ieashér, mi ishafél umí iarúm.

 

 

U'tshuvá, U'Tfilá, U'Tzdaká, maavrím et róa hagzeirá”

 



[1]Ver en página 3, la plegaria de “Unetame Tokef”.

Ceremonia de Tashlij

Es una ceremonia que se desarrolla a orillas de un río o mar en el que haya peces. Tiene lugar el primer día de Rosh Ha'Shaná, después de la oración de la tarde. Tashlij significa “arrojar”, pues en esta ceremonia arrojamos simbólicamente nuestras faltas al agua, arrepintiéndonos de nuestros malos hábitos del pasado y asumiendo el compromiso de tratar de ser mejor en el futuro. Tashlij es una forma de admitir nuestras propias carencias, y así, enfrentados a nuestros propios conflictos personales, afirmamos nuestra relación con la humanidad y con el Supremo. El agua es símbolo de misericordia, y justamente Tashlij tiene la función de despertar la Misericordia divina, de la que tanto necesitamos en este Día del Juicio. Los peces con sus ojos siempre abiertos representan la constante protección del Supremo, como leemos en el versículo: “Mira, el Guardián de Iisra'el no le da sueño [no dormita] ni duerme[Tehil (Salmo) 121:4]. Si el primer día de Rosh Ha'Shaná es Shabat, Tashlij se hace el segundo día. Quien no pudo ir a Tashlij en Rosh Ha'Shanâh es aconsejable que lo haga antes de Iom Kipur.

¿Cómo se realiza esta ceremonia? En Tashlij se leen ciertos pasajes de los profetas y las Escrituras. Las breves lecturas de Tashlij están en concordancia con el ideal de Teshuvá [volverse en arrepentimiento y reconexión con Ha'Shem] tan marcado en las costumbres y lecturas de Rosh Ha'Shaná. El principio de esta ceremonia parte del texto: “Volverá a aceptarnos en amor; cubrirá nuestras maldades, tú arrojarás todos nuestros pecados a las profundidades del mar” [Mijáh (Miqueas) 7:9].

 

Rosh Ha'Shaná en épocas antiguas

Ni en los libros del Tanaj, ni en los textos sagrados anteriores a la época del Segundo Templo, aparece el nombre de Rosh Ha'Shaná. La celebración de esta festividad comienza sin dudas en años inmediatamente posteriores a la destrucción del santuario, pues en la literatura tanaítica [siglos I al III de la Era Común] figura el 1º de Tishrei como Rosh Ha'Shaná. Ya entonces se consideraba que éste era el día en que Ha'Shêm juzga al hombre y decide su destino para el año entrante.

Desde un principio, Rosh Ha'Shaná fue una fiesta celebrada únicamente en el Templo, y su ceremonial ha variado muy poco hasta hoy. Excepción hecha de las plegarias que se intercalaron posteriormente, las lecturas sagradas eran las mismas que en la actualidad, y el Shofar intervenía en el oficio con su estridente sonido.

 

Costumbres

Las escasas variedades que ostenta la mesa de Rosh Ha'Shaná tiene un sentido simbólico. Se acostumbra comer cosas dulces, como expresión de deseo de que el año entrante sea dulce y placentero. Así, el pan [la jaláh agulá] suele hacerse redondo, por analogía con el año, círculo sin principio ni fin. Un trozo de pan o manzana remojada en miel, que se toma al comenzar la comida, simboliza un año dulce y placentero, previo pronunciar la siguiente berajáh:

“Iehí ratzón shetejadesh alenu shaná tová umetuká”

“Que sea la voluntad [de Ha'Shem] renovar para nosotros un año bueno y dulce”

 

El pescado, manjar predilecto del judío, no falta en esta ocasión, como símbolo de fertilidad, y es costumbre servir la cabeza al jefe de familia, en recuerdo a la promesa de la Torá: “Y te pondrá Elohím por cabeza y no por cola, cuando obedecieres a los mandatos de Ha'Shem, Tu Elohím” [De'Varím (Deuteronomio) 28:13]. También se come granada, como expresión de que nuestros méritos sean tan numerosos como la semilla de una granada [y en alusión al cumplimiento de los 613 mitzvot]. Por este mismo motivo se comen zanahorias, que en yiddish se dice “mern”, “incremento” [señal de abundancia]. También se ingiere carne de cabeza de carnero [kosher, por supuesto] deseando así que siempre estemos a la vanguardia [cabeza]. Además, esto evoca el carnero sacrificado por Avraham en lugar de su hijo Itzjak [Be'Reshit (Génesis) 22:1-13].Acompañando una bendición que se pronuncia durante la segunda cena de Rosh Ha'Shaná suele gustarse una fruta de la estación que no se haya comido aún en la temporada, y que viene a representar la iniciación de lago nuevo, en este caso el año.

 

Rosh Ha'Shaná como aniversario de la creación del hombre

Rosh Ha'Shaná marca el aniversario de la creación del hombre, la cual tuvo lugar en el sexto día del relato del libro de Be'Reshit. Sin embargo, era de esperar que Rosh Ha'Shaná fuese seis días antes, en el aniversario del comienzo de la creación. Más bien, esta realidad viene a enseñarnos que el objetivo final de la creación del cosmos encuentra razón de ser recién en el sexto día del génesis, con la creación del hombre, porque él, y solo él [a través de la observancia de los mandamientos] es capaz de llevar a la creación toda a su máximo grado de perfección y refinamiento espiritual.

¿De qué enseñanza se fundamentan nuestros Jajamím para afirmar que la finalidad de la creación es que el hombre observe los Mandamientos divinos? La respuesta se encuentra en el libro de Bereshit (Génesis) 1:1 donde dice: “Be'Reshit bará Elohím” [En el comienzo creó El Poderoso]. Nuestros Jajamín lo explican así: El vocablo be'reshit se puede desglosar en dos palabras: “bet, reshit”, cuyo significado es “dos principios” [fundamentos], uno es la Toráh, tal como surge del versículo: “Ha'Shem me creó [produjo] al principio de Su camino...” [Mishlé (Proverbio) 8:22], y el otro principio es el pueblo de Isra'el, tal como surge del versículo: “Isra'el... Primicia de su cosecha [de sus frutos] [Ieremiá (Jeremías) 2:3]. De ello inferimos que la finalidad última de la creación es la consagración a la observancia de los Mandamientos de la Torá por parte del Pueblo de Isra'el.

 

¿Por qué se evita descansar en Rosh?

Porque enseñan nuestros Jajamím que al dormir en Rosh Ha'Shaná, uno induce a que también su suerte se duerme. Es aconsejable consagrar el tan preciado tiempo de este día al estudio de la Torá y a la lectura de los Tehilím [[1]].

 

Los diez días de penitencia

Los diez días que median entre Rosh Ha'Shaná y Iom Kipur se conocen con el nombre de “días de penitencia” [Aseret iemei teshuvá]. Mediante oraciones, actos de caridad, perdón de los agravios recibidos y reparación de los cometidos por uno mismo, se intenta predisponer la voluntad Divina hacia el perdón, pues es creencia que el juicio de Ha'Shem puede aún modificarse favorablemente durante este período. Las prácticas austeras se complementan con visitas a las tumbas de los familiares. En Isra'el se hacen peregrinaciones al sepulcro de Rajel y a otros lugares sagrados. No se celebran casamientos ni se organizan festividades. Sólo pensamientos graves y actos piadosos deben llenar estos días que preceden a la fecha máxima del calendario hebreo.

Al Shabat que coincide con este período de diez días se le conoce como Shabat Teshuvá, Shabat de Contrición o como Shabat Shuvá, Shabat del Retorno [Arrepentimiento o contrición –teshuváh–] y Retorno [Shuvá] son términos que poseen una raíz común y cuyo significado es equivalente en este caso]. La última palabra está tomada del comienzo del capítulo de los profetas que se lee en este Shabat: “Shúvá Isra'el” [“Vuelve, oh Isra'el, a Ha'Shem, tu Elohím”] (Hoseha 14:2). El saludo adecuado que se formula durante el período que sigue a Rosh Ha'Shanáh es “Guemar Jatima Tová” [“que el sello final sea para bien”]. El saludo refleja la creencia de que Rosh Ha'Shaná y Iom Kipur, son días de juicio [Iom Ha'Dín] para toda la gente.

 



[1]Talmdúd Ierushalmi.

Contador de visitas

Flag Counter

CALENDARIO

(Haga clik en la imagen para direccionar)
Contacto: Israel 972 546 10 1789
 Cita del Día

"Moshé recibió la Torá en Sinái. Y la transmitió a Iehoshúa, y Iehoshúa a los Zeqením, y los Zeqením a los Neviím, y los Neveiím la entregaron a los hombres de la Gran Asamblea" (Tratado Avot).