El Shofar

El Shofar [שופר] es un instrumento realizado del cuerno de un carnero, aunque también se puede hacer desde el cuerno de un antílope o cabra. Su sonido es igual al de una trompeta, y se sopla tradicional en Rosh Ha'Shaná [“cabeza del año”], o comúnmente conocido como el “Año Nuevo”.

Orígenes del Shofar

El uso del Shofar es mencionado con frecuencia en el Tanaj, en el Talmud y en la literatura rabínica.  Tal vez la más famosa referencia que hacen las Escrituras al respecto del mismo, se produce en el Libro de Ieoshúa (Josué), donde se nos relata que se utilizaron Shofarot [plural de Shofar] como parte de un plan de batalla para capturar la ciudad de Yerijó (Jericó): “Entonces Adonái dijo a Ieoshúa... Marcha en la ciudad una vez con todos los hombres armados. Haga esto durante seis días. Tienen siete sacerdotes lleven bocinas de cuerno de carnero delante del arca. En el séptimo día, marcha alrededor de la ciudad de las siete  veces, y los sacerdotes tocarán las trompetas Cuando escuche que suenen mucho los cuernos de carnero, tienen todas las personas dan gran voz, y el muro de la ciudad caerá y el pueblo subirá, cada hombre derecho” [Ieoshúa (Josué) 6:2-5].

El Tanaj, nos dice que Ieoshúa siguió el mandato e instrucción de Ha'Shem y que al hacerlo, los muros de Yerijó cayeron, lo que le permitió la captura de la ciudad. El sonido del Shofar también se menciona con anterioridad en la Torá, cuando se nos relata que Moshé subió al monte Sinay para recibir los Diez Mandamientos. Luego a posterior, ya durante los tiempos del Primer y Segundo Templo, también se utilizaba junto con las trompetas para conmemorar las ocasiones y ceremonias importantes.

 

El Shofar en Rosh Ha'Shaná

Hoy, el Shofar es más comúnmente utilizado y asociado a la festividad de Rosh Ha'Shaná ["cabeza del año"]. De hecho, el Shofar es una parte muy importante dentro de esta festividad, es por ello, que también se la conoce como “Iom Teruá” ["día del sonido -de Shofar-"]. El Shofar es soplado cien veces en cada uno de los dos días de Rosh Ha'Shaná. Y si uno de los días de Rosh Ha'Shaná cae en Shabat, éste no se hace sonar ¿Por qué? Para evitar el traslado del Shofar a la Sinagoga, violando así las normas de trabajo del Shabat [tengamos presente que el Shabat está prohibido trasladar objetos e la vía pública, y es por esa razón que esta festividad dura 2 días en vez de uno].

De acuerdo con las enseñanzas de RaMBa”M [R' Maimónides], el sonido del Shofar en Rosh Ha'Shaná está destinado a despertar el alma y dirigir su atención a la importante tarea de arrepentimiento [es decir, la teshuvá] [ [1]]. Es un mandamiento de hacer sonar el Shofar en Rosh Ha'Shaná y para cumplirlos, hay cuatro sonidos del Shofar específicos asociados a este día de fiesta que deben ser escuchados [ [2]]: 

1.     Teki'ah

2.     Shva'rim

3.     Terúah

4.     Tekiá Gedoláh

 



[1]Lea a continuación “Mashál del Shofar” para una mejor ilustración, de lo que nos enseña el RaMBa”M.

[2]Más adelante desarrollaremos la explicación de cada sonido y de que se tratan específicamente.

Simbolísmos

Hay muchos significados simbólicos asociados con el Shofar y uno de los mejores que tiene que ver con el Akedah, cuando Ha'Shem le pidió a Abraham que sacrificara a su hijo Itzjak. La historia esta relatada en el libro de Be'Reshit (Génesis) 22:1-24 y culmina con Abraham levantando el cuchillo para matar a su hijo, pero en el instante que va a hacerlo, Ha'Shem detiene su mano y llevar su atención a un carnero enredado en un matorral cercano. Abraham sacrificó el carnero en su lugar [de su hijo]. Debido a esta historia, los midrashím nos enseñan que cuando se sopla el Shofar, Ha'Shem se acuerda de la actitud de obediencia de Abraham [de sacrificar a su hijo], y por lo tanto, perdonar a los que oyen los sonidos del Shofar. De esta manera, al igual que los sonidos del Shofar nos recuerdan que debemos volver en nuestros corazones hacia el arrepentimiento, y también recuerdan a Ha'Shem para que nos perdone por nuestros pecados. El Shofar también se asocia a la idea de que Ha'Shem es coronado como Rey en Rosh Ha'Shanâh. El aire utilizado por el “Tokea” para hacer los sonidos del Shofar también se asocian con la respiración de la vida, dado que Ha'Shêm sopló en Adám [su aliento] para darle vida: “Entonces Adonái Elohím, formó al hombre del polvo  de la tierra. [Y] sopló en su naríz el aliento de vida, y el  hombre vino a ser un ser viviente” [Be'Reshit (Génesis) 2:7].

 

Construcción

Un Shofar puede ser creado a partir del cuerno de cualquier animal “kasher” rumiante y con pezuña partida [también se utilizan los de “antílope”]. El mejor tipo de Shofar debe de hacerse desde un cuerno de carnero que esté encorvado. Se usan para confeccionar los Shofarot [plural] los cuerno de los carneros, y esto se remonta a rememorar el primer Shofar del cual tenemos noticias, que es el que hizo nuestro patriarca Avraham tras sacrificar el carnero enredado en la zarza, en  lugar de su hijo Itzjak. Nuestra tradición, enseña que este acontecimiento ocurrió precisamente un día de Rosh Ha'Shanâh, y es por ello, que hacer sonar el Shofar este día, adquiere también este otro significado.

Para hacer el Shofar no se usan cuernos de vaca o toro, pues estos animales tienen una connotación negativa, ya que hay que recordar los incidentes del Tanaj del “Becerro de Oro”, que fue erigido por los israelitas tras la salida de Mitzraím, como los fabricados por el rey Iarabeam [Jeroboam] y que fueron puestos como adoración de aquellas 10 tribus del norte israelitas que se separaron del poder del rey Rejaveam [Roboan, hijo de Sh'lomó] y formaron la “Casa de Isra'el”, extraviándose. Por lo tanto, usar un cuerno de vaca o toro, podría inducir a la creencia errónea de que se está adorando el becerro de oro, o alguna otra deidad pagana.  Cuando un carnero, era sacrificado, sus cuernos no se desechaban, dado que estos se guardaban para convertirlos en Shofarot. Estos cuernos, que como podemos ver son torcidos, eran arrancados y se comenzaba un interesante proceso para convertirlos en un instrumento que produjera un sonido. 

Los cuernos de los bóvidos están formados por una sustancia bastante dura que es la queratina (el mismo material que forman las uñas de un ser humano), por lo que para su construcción, se empezaba por calentarlos para así ablandarlos un poco y luego poderlos estirar, dándole una vuelta de campana. Se hacía un agujero en la punta [pitón] y se quitaba todo el interior hasta que el hueco quedara completamente limpio, además  debía de ser limpiado, pulido, pasado por aceite y aún pasado por fuego. Una vez realizado todo este proceso, eran pasados a los Kohaním [Sacerdotes] para su inspección, quienes procedían a desechar a todos aquellos que tenían gritas  o estaban rotos en alguna parte. No se aceptaban aquellos que hubieran tratado de pegar o remendar [aún hoy se sigue haciendo esto]. La gran preocupación era que de tener alguna grietas o roto, cambiara el sonido y entonces no sería el sonido que Ha'Shêm quería oír. De ser aceptado y poderse remendar, tenían que hacerlo con la misma materia del Shofar.    Los Shofarot por lo general no eran ornamentados, no podrían ser pintados en colores, pero si podían ser tallados o grabados con diseños artísticos siempre que la boquilla permanezca intacta y no se perforara o se abriera alguna fisura.

 

10 Razones para hacer sonar el Shofar [[1]]

Hacer sonar el Shofar en Rosh Ha'Shaná es un mandamiento de la Torá, como declara el versículo [Ba'Midvar (Números) 29:1]: “Y en el séptimo mes, el primer día del mes, será declarado día festivo para vosotros, un día de teruá para vosotros”. RaMBa”M [R' Maimónides] escribe en las Leyes de Teshuvá 3 lo siguiente: “Aunque hacer sonar el Shofar en Rosh Ha'Shaná es un decreto divino [que es aceptado sin que necesitemos entender su motivo], podemos, sin embargo, distinguir un propósito en ello. Es como si nos estuviera diciendo: ¡Durmientes, despertad de vuestro sueño; vosotros que dormitáis, salid de vuestro letargo; reflexionad sobre vuestras acciones, retornad y recordad a vuestro Creador! Aquellos que olvidan la verdad con el paso del tiempo y quienes desperdician sus años persiguiendo vanidad y tonterías carentes de valor y que no brindan salvación, ¡fijaos en vuestras almas! ¡Mejorad vuestras acciones! Que cada uno de vosotros abandone su mal camino y pensamiento que no conducen al bien”.

Saadiá Gaón escribe que el hecho de hacer sonar el Shofar en Rosh Ha'Shaná representa diez elementos simbólicos:

1)    Rosh Ha'Shaná marca el comienzo de la Creación, el día en que Ha'Shem creó al mundo y se convirtió en su Rey. Así como es costumbre tocar trompetas para glorificar al rey y proclamar nuestra sumisión ante él, del mismo modo mostramos nuestra aceptación del reinado de Ha'Shem a través de hacer sonar el Shofar.

2)    Rosh Ha'Shaná marca el primero de los Diez Días de Arrepentimiento. Por lo tanto, hacemos sonar el Shofar para anunciar y advertir que ha comenzado dicho período. Es como si anunciáramos: Aquellos que quieran arrepentirse, deben hacerlo ahora, y si no quieren, no se les permitirá venir luego para protestar contra su destino. Esta es también la manera en que los reyes ejercen su poder, anunciando sus decretos con el acompañamiento de trompetas.

3)    El sonido del Shofar nos recuerda la revelación en el Monte Sinay, que también fue acompañada por sonidos de Shofar. Así, al escuchar el Shofar y recordar ese acontecimiento, una vez más aceptamos sobre nosotros aquello que nuestros padres asumieron sobre sí: “La voz del shofar iba haciéndose muy fuerte....” [Shemot (Éxodo) 19:19].

4)    Sirve para recordarnos las advertencias de nuestros Profetas, comparadas al sonido del Shofar, como declara el versículo [Iejezqel (Ezequiel) 33:45]: “Y todo aquel que escuchare el sonido del Shofar y no fuese cuidadoso, entonces vendrá la espada y se lo llevará. Pero aquel que se cuide, habrá salvado su alma”.

5)    Sirve para recordarnos la alarma de batalla en Iehudá durante la destrucción del Beit Ha'Mikdash y el sonar de las trompetas del ejército de nuestros enemigos. Así, cuando escuchamos el Shofar, debemos rezar por la reconstrucción de nuestro sagrado Templo.

6)    Sirve como recordatorio del cuerno del carnero en la “Atadura –sacrificio-de Yitzjak” [Akedá Itzjak], quien ofreció su vida a Ha'Shem pero en cuyo lugar fue sacrificado el carnero [Be'Reshit (Génesis) 22:2-10]. De la misma manera, todos nosotros debemos estar dispuestos a entregar nuestras vidas en aras de la santificación del Nombre del Eterno, y rezamos para que esto nos sirva de mérito y seamos recordados para bien.

7)    Despierta en nosotros una sensación de estremecimiento y temor que nos conduce a acercarnos a Ha'Shem con humildad, con reverencia, como nos expresa el versículo de Amós 3:8: “¿Acaso es posible hacer sonar el Shofar en la ciudad y que el pueblo no se estremezca?”

8)    Sirve para recordarnos la proximidad del gran Día del Juicio, como declara el versículo [Tzefanyah (Sofonías) 1:14,16]: “El gran día de Ha'Shem está próximo, cercano y pronto [en llegar]... es el día [del sonido] del Shofar y de la teruá”.

9)    Sirve para recordarnos la futura convocatoria de todos los exiliados del pueblo judío y para despertar nuestro anhelo de que ello suceda, como declara el versículo [Ieshaiá (Isaías) 27:13]: “Y será en aquel día que se hará sonar el gran Shofar y retornarán los extraviados desde la tierra de Asiria...”. El Shofar nos inspira esperanzas en la restauración de Isra'el y la reconstrucción del gran Templo de Ierushalaím

10)       Sirve para recordarnos la resurrección de los difuntos, como declara el versículo [ibíd. 18:3]: “Todos los habitantes del mundo y los que descansan en la tierra verán cómo es alzado un estandarte en el monte, y escucharán el retumbar del Shofar al hacerse sonar”.

 

¿Qué acontecimientos destacados nos recuerda el sonido del Shofar?

En los acontecimientos clave de la historia del Pueblo de Isra'el se hacía sonar el Shofar, por eso en la actualidad –cuando hacemos sonar el Shofar en Rosh Ha'Shaná- esos eventos regresan a nuestra memoria, pero no como mero recuerdo del pasado, sino como una vivencia renovada del presente. El Shofar nos recuerda:

·        El evento histórico que convirtió a Isra'el formalmente en un pueblo, en ocasión de la entrega de la Torá al pie del Monte Sinái.

·        Nos recuerda el ingreso a la tierra prometida, culminando 210 años de esclavitud en Mitzraím y un viaje de 40 años por el desierto.

·        Nos recuerda el año del Iovel [Jubileo].

En todas estas ocasiones se hizo sonar el Shofar. Pero un poco más cerca en la historia, el Shofar nos recuerda también:

·        La conquista de la Ciudad Vieja de Ierushalaím en la Guerra de los Seis Días [1967]. En esa oportunidad se hizo sonar el Shofar frente al Kotel Hamaaraví [Muro de los Lamentos], anunciando el fin de las restricciones impuestas por los árabes.

 

Escuchar el sonido del Shofar

¿Qué escribieron nuestros Jajamím al respecto?  Enseñaron que escuchar el sonido del Shofar tiene un doble significado: Por un lado tiene por objeto convocar a la meditación y a la introspección como una manera de reforzar la conexión con el Supremo. Y por otro lado, el sonido del Shofar, puro y absoluto, representa las ansias del ser humano de reconectarse con Él, como la voz de un hijo que desde lo más profundo de su corazón implora volver con su padre.

¿Cuántas veces se debe escuchar el sonido del Shofar en Rosh Ha'Shaná? Es necesario escucharlo nueve veces, ya que la Torá utiliza la palabra teruá [uno de los sonidos del Shofar] tres veces en relación a Rosh Ha'Shaná, y cada teruá es precedida y seguida por un sonido de tekiá. Ahora bien, con respecto a la teruá a que la Torá hace referencia, se han suscitado dudas a lo largo del tiempo, en cuanto al sonido que trata de imitarse: si debe ser como un quejido, semejante al llanto de las mujeres cuando se lamentan, o una especie de suspiro, como el que suele emitirse repetidas veces en situaciones de profunda pena, o una combinación de ambos, un suspiro y un sollozo. Porque esa es la manera en que actúa alguien que siente gran pena y angustia: primero suspira y luego se lamenta.

Por lo tanto, hacemos sonar todos estos tres sonidos y, para diferenciarlos, los denominamos de la siguiente manera:

1.     Teki'á es un sonido largo y extendido[es una explosión ininterrumpida duradera unos tres segundos],

2.     Sheva'rím es el sonido quejumbroso y entrecortado [es el sonido de teki'ah dividido en tres segmentos],

3.     Teruáhes una serie de sonidos agudos[son nueve ráfagas de fuego rápido].

4.     Tekiá Gedoláh - A teki'á triples de al menos nueve segundos [aunque muchos sopladores de Shofar intentarán ir mucho más tiempo en el último].

 La persona que sopla el Shofar se llama Tokea [que literalmente significa "blaster"] y que no es una tarea fácil de realizar cada uno de estos sonidos. Para eliminar las dudas respecto del sonido de teruá original, hacemos sonar las tres posibilidades, cada una de ellas precedida y seguida por el sonido uniforme e ininterrumpido de la tekiá.

 

El orden de los sonidos del Shofar es, entonces, el siguiente:

·        Luego de recitar las correspondientes bendiciones [Majzor para Rosh Ha'Shaná, pág. 131], se toca una tekiá, seguida de shevarím, una teruá y luego otra tekiá [o sea: tekiáshevarím terúa, tekiá]. Este orden se repite tres veces y los sonidos suman doce en total [seis tekiot, tres shevarím y tres teruot].

·        Luego se toca otra tekiá, seguida de un shevarím y luego otra tekiá [tekiá, shevarímtekiá]. Este orden también se repite tres veces, con un total de nueve sonidos.

·        Luego, se toca otra tekiá seguida de una teruá, y luego otra tekiá [tekiáteruátekiá]. Se vuelve a repetir este orden tres veces, obteniendo un total de nueve sonidos. En total, los sonidos suman treinta.

Este orden de los sonidos del Shofar se conoce como tekiot demeiushav, las tekiot que se tocan "cuando la congregación puede permanecer tanto de pie como sentada". Aunque la persona que hace sonar el Shofar debe estar parada, la congregación puede permanecer sentada, ya que aún no se dio comienzo al oficio de Musaf. Sin embargo, es costumbre ponerse de pie cuando se hace sonar el Shofar. Durante Musaf, existe un requerimiento adicional de hacer sonar el Shofar cuando se recitan las bendiciones de maljuiot -nuestro reconocimiento de la soberanía de Ha'Shêm[ibíd., pág. 138]-, zijronot -cuando evocamos la Providencia Divina [pág. 140]-, y shofarot -cuando nos referimos al sonido del shofar [pág. 142]-. Todas ellas reciben el nombre de tekiot demeumad [el toque del Shofar "mientras se está de pie"], ya que es tocado durante la plegaria de Amidá, que se recita mientras la congregación está de pie. Es costumbre de algunas comunidades hacer sonar el Shofar durante la oración silenciosa de la Amidá, mientras que otras lo hacen solamente durante la repetición del Jazán [oficiante].

 

Cien sonidos

Hacer sonar el Shofar cien veces en Rosh Ha'Shaná [incluyendo tekiot, shevarím y teruot] se ha convertido en una costumbre generalizada. Estos cien sonidos simbolizan las 101 letras contenidas en el lamento de la madre de Siserá que esperaba el regreso de su hijo del campo de batalla, y que figura en la Canción de Devorá [ver Jueces 5]. La relación existente entre el sonido del Shofar en Rosh Ha'Shaná y el lamento de la madre de Siserá requiere de una mayor explicación. Además, si éste es el origen de la costumbre de hacer sonar el Shofar más veces de lo requerido, ¿por qué no lo hacemos sonar 101 veces?

El propósito de hacer sonar el Shofar es despertar la compasión de Ha'Shem hacia los descendientes de Itzjak, quien fue presentado como sacrificio en el altar, mientras que el lamento de la madre de Siserá fue una expresión de aflicción revestida de hostilidad y odio. Mientras esperaba que su hijo regresara del campo de batalla, se lo imaginaba ocupado con la masacre y la recolección del botín de guerra, y era con estos pensamientos que procuraba su consuelo. ¿Es posible mayor crueldad? Por esta razón, imploramos: Que los cien sonidos de compasión y misericordia del Shofar anulen cada una de esas otras expresiones de dolor - excepto una: la de una madre por su hijo, pues hasta las madres más crueles merecen compasión cuando claman por sus hijos. Es por este motivo que hacemos sonar solamente cien sonidos. Entre las comunidades sefardíes se hace sonar una tekiá adicional antes de recitar Aleinu al final del servicio de Musaf, por lo que suman un total de 101 sonidos. Este número corresponde al valor numérico de las letras del nombre Mijael, el málaj guardián de Isra'el que procura misericordia en favor del pueblo.

Es costumbre hacer sonar una tekiá guedolá [un sonido largo] como sonido final del Shofar para confundir al ha'satán y evitar que acuse a Isra'el por falta de temor al Día del Juicio Divino, ya que luego de los servicios comen comidas festivas. Cuando el ha'satán escucha que el Shofar se hace sonar más veces que lo que la Torá ordena, éste se confunde y teme que los sonidos adicionales correspondan al Shofar del Mashíaj. ¿Pero es posible que el ha'satán, el intrépido acusador del pueblo de Yisra'el, capaz de colocarle trampas ingeniosas a toda la humanidad, sea tan tonto como para temerle a un sonido que hasta un niño se da cuenta que no corresponde al shofar del Mashíaj?

Sabemos que cuando el pueblo de Isra'el escucha el Shofar en Rosh Ha'Shaná, es elevado a un nivel tal que es capaz de causar la redención final. Cuando hacen sonar el Shofar cumpliendo con los preceptos correspondientes a ese día, sus corazones cerrados se abren, lamentan los pecados cometidos y sus pensamientos se transforman en arrepentimiento. El ha'satán conoce el poder de los sonidos del Shofar. Aunque se originen en los labios del hombre, pueden muy bien culminar con la llegada del Mashíaj.

 



[1]Extraído del libro “Nosotros y el tiempo”, escrito por el Rab Eliahu Kitov

 

¿Desde cuando se comienza a tocar el Shofar?

¿Desde cuándo se comienza  a hacer sonar el Shofar?

Desde un mes antes de Rosh Ha'Shaná, es decir desde el segundo día de Rosh Jodesh Elul [segundo día del comienzo del mes de Elul], excepto en Shabat. Tampoco se hace sonar el Shofar en víspera de Rosh Ha'Shaná [ [1]], a fin de distinguir entre la ejecución voluntaria [durante el mes de Elul] de la ejecución por Mandamiento Divino, correspondiente a Rosh Ha'Shaná [Vaikrá 23:24 / Ba'Midvar 29:1]. Los días del mes de Elul son considerados Iemei Ratzón [días propicios para abandonar la transgresión y reconectarse con Ha'Shêm], debido a que este primer día del mes, fue cuando Moshê ascendió al Monte Sinay a recibir las Tablas de la Ley. Allí permaneció durante cuarenta días y descendió el 10 de Tishrei [el día de Iom Kipur], en que culminó la expiación de la transgresión del becerro de oro [ [2]].

 



[1]Shulján Arúj.

[2]Shulján Arúj.

[3]Talmdúd Ierushalmi.

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"Moshé recibió la Torá en Sinái. Y la transmitió a Iehoshúa, y Iehoshúa a los Zeqením, y los Zeqením a los Neviím, y los Neveiím la entregaron a los hombres de la Gran Asamblea" (Tratado Avot).