El libro FALSOS JUDÍOS, FALSO MESÍAS no sólo abarca la controversia que hay contra los llamados Judíos Mesiánicos y Netzaritas. También aborda temas importantes
de la Crítica Textual del Nuevo Testamento, y -me parece- el más llamativo es el del Problema Sinóptico.
Este asunto enfoca las similitudes y diferencias que encontramos entre los evangelios de Mateo, Marcos y Lucas, cuyas características han convencido a los
especialistas, desde hace siglos, que no sólo estamos hablando de tres versiones diferentes de la vida de Iehoshúa, sino de algo más complejo: dependencia textual.
Esto significa que dos de los autores se basaron directamente en el otro, copiando o corrigiendo detalles del relato.
La perspectiva más aceptada por los especialistas es que Marcos escribió primero, y que su texto fue una base para que luego Mateo y Lucas ampliaran el
relato.
Sin embargo, las diversas hipótesis que han intentado explicar cómo se dio esa dependencia, no han ofrecido respuestas satisfactorias a todas las interrogantes
del Problema Sinóptico. Por ello, tiene sus detractores, que suelen insistir en que el primer evangelio en escribirse fue Mateo, y Marcos y Lucas se basaron en él.
Llaman mucho la atención los comentarios del pastor Daniel Hernández (alias Rabino Netzarita Dan A. Hayyim), que demuestran una total incapacidad para entender
el Problema Sinóptico. Según explica en la introducción a los evangelios de El Código Real, las diferencias y similitudes entre los evangelios se explican asumiendo que no tenemos los textos
originales, sino copias elaboradas a partir de otras copias.
Hernández no entiende que, precisamente, el objeto de estudio del Problema Sinóptico es descifrar como fue que en el proceso de elaboración de esas copias,
surgieron las variantes textuales que encontramos en Mateo, Marcos y Lucas.
Que no tenemos los manuscritos originales es algo que, desde hace algún tiempo, los especialistas ya se habían enterado.
En FALSOS JUDÍOS, FALSO MESÍAS propongo un nuevo enfoque del Problema Sinóptico, que -desde mi punto de vista- responde a las grandes interrogantes de este
tema, y nos permite acercarnos al documento más antiguo escrito sobre Iehoshúa, al que -por comodida- llamo "Evangelio Original", y que es la puerta para acercarnos lo más posible al
personaje histórico, lejos de las posteriores tergiversaciones surgidas -principalmente- en el siglo II.